Volver a empezar

Estamos iniciando un nuevo año, por estos días muchas personas tienden a evaluar el año anterior y a realizar planes o establecer intenciones de año nuevo.

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Existe una tendencia en todos los seres humanos a marcar momentos y situaciones que consideramos importantes en nuestras vidas, así registramos nuestros cumpleaños y procuramos celebrar el haber completado un ciclo cada año, continuamos a través de nuestra vida atesorando momentos importantes como son nuestro primer día de escuela, la llegada a la mayoría de edad, el aniversario de un noviazgo o de nuestra boda, la muerte de un ser querido, el nacimiento de los hijos o de los nietos; así vamos por esta vida atesorando momentos que marcan un antes y un después, en muchos de estos instantes sentimos haber cumplido un ciclo y estar a punto de iniciar uno nuevo. Enfrentados a un nuevo futuro volvemos a empezar.

Estamos iniciando un nuevo año, por estos días muchas personas tienden a evaluar el año anterior y a realizar planes o establecer intenciones de año nuevo; no se puede afirmar de ningún modo que esto sea malo, en lo personal un año me parece un periodo demasiado amplio de tiempo como para realizar una evaluación sólo una vez. Es muy común que muchos de los propósitos de año nuevo acaben abandonados a los dos o tres meses, si es que se llegan a cumplir durante ese lapso de tiempo. No acostumbro hacerme propósitos de año nuevo, pero sin duda cada uno de mis días tiene un propósito.

Vivimos en un mundo cambiante, muchas de las cosas que hoy son mañana pueden dejar de ser, los seres humanos vivimos casi a la deriva en una realidad que siempre va por delante de nosotros y no pocas veces nos sorprende o atrapa desprevenidos, una evolución constante del mundo que nos rodea. Los demás seres humanos y nosotros mismos nos enfrentamos a una realidad en cambio permanente; ya lo había dicho Heráclito: nadie se baña dos veces en el mismo río, porque ni las aguas del río serán las mismas, ni nosotros seremos los mismos. Es en esta evolución perpetua que cada uno de nosotros vive los días que le han tocado vivir en esta tierra.

Cuando hacemos la revisión de lo que ha sido nuestra vida en el último año, nos estamos asomando tímidamente al futuro, conscientes de que más adelante hay más acontecimientos en nuestras vidas. Aun basada en ese pasado, nuestra vida no puede conocer hacia dónde nos llevará ese futuro. ¿Cuánto nos queda por andar?, no lo sabemos, para muchos de nosotros vendrán este año y muchos más, para otros seguramente éste será nuestro último año, nuestro último mes, o nuestro último día; por eso, hagamos hoy y en este instante todo lo mejor que podamos, es posible que no tengamos otra oportunidad de hacerlo.

En algún lado leí algo que dice: Si quieres hacer reír a Dios cuéntale tus planes. Dudo sinceramente que Dios se ría de nuestros planes, más me parece que los verá con ojos de ternura y compasión ante la inocente pretensión de planear un futuro que no sabemos si llegará ni en qué forma lo hará. Precisamente por eso, no esperemos un año, ni siquiera un mes o una semana, ya que lo único que tenemos es el día de hoy y el mañana nunca llegará, si acaso tendremos la fortuna de vivir un nuevo día que siempre será un hoy.

Del pasado hay que tomar la experiencia, comprender en qué erramos y traer ese conocimiento para ponerlo al servicio de nuestro hoy. Sin negar nuestras debilidades no hemos de abrirnos las carnes por la culpa, la culpa es un lastre que no sólo nos mantiene sufriendo por lo que ya pasó y no tiene remedio, sino que secuestra nuestras posibilidades de hoy al sentirnos indignos de algo bueno en nuestras vidas. Reconociendo lo que hicimos mal, pero con la inquebrantable decisión de hoy hacerlo mejor que ayer con la esperanza cierta de que tenemos mucho que aportar a los demás y a nosotros mismos es como debemos vivir nuestro día a día

Nunca es tarde para volver a empezar, volvemos a empezar cada año, a cada momento, reiniciamos el camino con cada acción, tenemos una nueva oportunidad cada vez que respiramos y el corazón alimenta nuestro ser. Esa es nuestra oportunidad, ese es nuestro derecho: el de siempre tener la oportunidad de empezar de nuevo mientras la vida decida acompañarnos.  

Que una existencia fecunda y positiva les acompañe no sólo en este año, sino en todos los momentos de su vida. Vivan y vivan intensamente todos los instantes que la vida les permita. Y hablando de volver a empezar, mañana es mi cumpleaños, buen momento para iniciar de nuevo.

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