¿Y las mujeres del III Distrito?

En el III Distrito del sur de Quintana Roo ha ocurrido algo tan inusual como injusto: ninguna mujer es candidata a la diputación...

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En el III Distrito del sur de Quintana Roo ha ocurrido algo tan inusual como injusto: ninguna mujer es candidata a la diputación, y siete hombres disputan el voto en una zona con diferentes exigencias y que cuenta con localidades y zonas perfectamente definidas, como el debutante municipio de Bacalar, la ribera del río Hondo y la localidad de Nicolás Bravo, cercana a la frontera con Campeche. Juan Manuel Herrera (PRI), Gerardo Martínez García (PAN), Leobardo Rojas López (PRD), Manuel Manzo Méndez (PVEM), Fidel Aguilar Guillén (MC), Amador Domingo Vázquez (PT) y Nelson Romaldo Puc Teh (PANAL) andan haciendo campaña en la medida de sus posibilidades, dependiendo del respaldo que les otorguen sus dirigencias.

Tal situación tan curiosa como indeseable la expuso ayer en SIPSE Café (95.3 de Kiss FM) la periodista chetumaleña Cecilia Lavalle Torres, quien destacó que el PRI y el PVEM sorprendentemente han cumplido con la cuota de género para equilibrar la representación de mujeres y hombres en el Congreso local.

Y a esa nota positiva la acompañó una negativa: PRD y PAN minimizaron la participación de la mujer, dando prioridad a los hombres.

Sobre todo, sorprende la postura del PRD, un partido de avanzada y que ha marcado la agenda de este país en temas polémicos, como el aborto y la diversidad sexual.

Lo que ocurre en el III Distrito es sumamente interesante, ya que de entrada deja mal parados a los partidos que no dan oportunidad a la mujer para que participe en justas electorales, recurriendo por lo regular a cartuchos quemados y talentos muy desconocidos.

Como planteó magistralmente Cecilia Lavalle, mucho se tiene que avanzar en el tema de género, tanto a nivel nacional como local. 

Y este proceso electoral sirve para plasmar en su justa dimensión el tema de la participación de mujeres y hombres en política.

El tema de las capacidades es otra cosa, y amerita un análisis para evaluar los perfiles de quienes participan en esta batalla, ya que muchos no tienen el perfil para ocupar una posición en el Congreso del Estado.

Quedan a deber

Y en otro tema del proceso, el papel del Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) puede ser aceptable en muchas tareas programadas, pero los consejeros han quedado a deber en cuanto a sus apariciones para hablar del tema.

Encerrados a piedra y lodo, pierden todo vínculo con la sociedad al burocratizarse. Hacen mal en dejar todo el escenario a los partidos políticos y sus candidatos, ya que también interesan las actividades de los árbitros, sobre todo cuando está en marcha un proceso con muchas zonas delicadas, y en el que por primera vez participan candidatos ciudadanos. Cuestión de obligada reflexión.

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