Y que Granier llegó como "Luismirrey"

No se ha cansado de darle alegría a la vida, Macarena, con su livin la vida loca.

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México está tan vuelto patas pa’ arriba que en un acto conmemorativo del 10 de junio que no se olvida, esa masa inane que se declara pueblo siente más conmiseración por los granaderos que por aquellos que luchan, luchan, luchan, no dejan de luchar. Es como si un nutrido grupo de compatriotas descalzos hicieran una cooperacha para comprarle zapatitos al químico Granier, que no se ha cansado de darle alegría a la vida, Macarena, con su livin la vida loca que nos ha devuelto la fe en las instituciones.

Si lo que los anarquetos-darquetos-punquetos-roqueros quieren es desprestigiar los movimientos sociales, la rebeldía y el espíritu contestario, lo están logrando. Por eso, gracias a esos actos de juvenil buen humor, en un futuro cercano no muy lejano veremos la construcción en el Zócalo del monumento al granadero desconocido.

A lo mejor estos encapuchados eternamente malhumorientos querían jalar un poco de la marca mediática que habían venido ganando los jóvenes abducidos en el Heaven. Se sentían un poco abandonados y aprovecharon la efeméride para dar el numerazo y hacer de los policías unas hermanitas de la caridad. Ahora las angustiadas familias de Tepito compiten por la atención de las autoridades con los padres de estos rebeldes sin pausa que tratan de sacarlos del tambo como si fueran los nuevos Lucios Cabañas.

O sea, mejor hubieran ido estos anarcos al Azteca para animar aquel soporífero partido del Tri contra Costa Rica. Cómo estaría, que fue más divertido esperar la llegada del Yo no me llamo Granier, que llegó cantando: “Ya me cansé de pecular, y no amanece”.

Pero sobre todo fue bonito ver cómo los medios, la policía y sus fans lo trataron como si fuera el Luismirey de la Quinta Grijalva. Nomás faltó que le llevaran un mariachi para que le tocara el clásico de su paisano “No tiene culpa la estaca, si el sapo salta y se ensarta.” El colmo fue que Granier casi perdía los zapatos al caer al suelo en la trifulca.

Espero que en sus ansias de militancia y de populismo en estas horas aciagas en las que cada vez que pone un circo le crecen los enanos del tapanco, el señor Mancera no tenga el mal tino de querer darle las llaves de la ciudad al químico. Mejor que cumpla sus amenazas de correr a algún funcionario para sentar precedente y sacar de su zona de confort a su gabinetillo que está muy aburguesado.

Ya, mejor que Granier dirija a la selección. El sí sabe cómo hacerla.

www.twitter.com/jairocalixto

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