¿Ya miraste las nubes?

Hoy es un buen día para empezar a observar las nubes, para escuchar la voz de la necesidad y no la del deseo, para valorarnos por lo que somos y no por lo que mostramos o tenemos.

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“No desear nada para tenerlo todo” es frase de Santa Teresa de Jesús y qué cierta es. Hay que saber distinguir entre las necesidades y los deseos, y no dar tanta importancia a los bienes materiales, y sí a los espirituales (el tiempo, las relaciones, la contemplación), que son el camino hacia un mundo más humano y una vida plena.

En Londres, en el 2004, se creó la Sociedad de Observación de Nubes (Cloud Appreciation Society). Sus miembros se dedican precisamente a contemplar las nubes, y no son pocos, ya van por 15 mil alrededor del mundo. Esta sociedad afirma que la observación de las nubes beneficia el alma, que si se les mira con detenimiento se encuentran respuestas que bien pueden evitarnos la visita al psicólogo. 

Por último, nos lanzan una invitación “Alza la vista, maravíllate ante su belleza efímera y vive la vida con la cabeza en las nubes”. Esto no significa que nos desentendamos de todo, sino sencillamente nos recuerdan que muchas cosas que nos quitan el sueño lo hacen porque hemos perdido la perspectiva entre lo que es lo importante y lo urgente.

Hay que entender que las necesidades no son demasiadas, los deseos, sí; y lo triste es que existen muchas industrias dedicadas a multiplicarlos para que los sintamos como necesidades.

Cuando tenemos sed es que el cuerpo necesita hidratarse. Si crees que se calma con tomar una cerveza o una marca de gaseosa, estás experimentando un deseo. Lo que tu cuerpo necesita es agua. Al tener hambre la puedes calmar con un alimento sencillo, no con uno procesado y muy caro. El primero es un deseo y el segundo una necesidad.

El terapeuta y exseminarista Thomas Moore dijo “Menos es más. Tratemos de adecuar nuestras tareas a nuestro tiempo, y no nuestro tiempo a nuestras obligaciones. Eso será hacer menos y mejor, tener menos y disfrutar más de la vida”.

Hay que evitar ser consumistas y sí buscadores de un bienestar sencillo y duradero. Tal vez al trabajar menos y mejor en algo que nos llene el espíritu tenderemos menos urgencias materiales que atender y más tiempo para nuestras relaciones, afectos y vocaciones. Tener tiempo para mirar el cielo y sus nubes, y los paisajes interiores que hemos descuidado. “Cuando dejamos de vivir para tener, podemos empezar a descubrir lo que necesitamos tener para vivir”.

No hay que vivir para subsistir, sino tener una existencia con sentido. Bien dice el terapista Giorgio Nardone “Cuando quiera resolver un problema empiece por preguntarse cómo puede hacer para empeorarlo. Así será mucho mas fácil descubrir la solución”.

Hoy es un buen día para empezar a observar las nubes, para escuchar la voz de la necesidad y no la del deseo, para valorarnos por lo que somos y no por lo que mostramos o tenemos.

Bien reza San Francio de Asís cuando dice “Yo necesito pocas cosas, y las pocas cosas que necesito, las necesito poco”.

Cuando salgamos a observar las nubes justo el día que no hay, no nos desesperemos, un proverbio chino dice “Sólo en un estanque en calma se refleja la luz de las estrellas”.

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