Yo soy yo

Cuando tenemos un buen sentido de la AUTOAFIRMACIÓN fortalecemos nuestra AUTOESTIMA y viceversa.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La autoafirmación sana nunca es hostil, abusiva o sarcástica.- C. Jung

Cuando tenemos un buen sentido de la AUTOAFIRMACIÓN fortalecemos nuestra AUTOESTIMA y viceversa. La autoafirmación es no tener miedo de ser quienes somos, tratarse con respeto a sí mism@ en el encuentro con los demás. No fingir ser otra persona, no desvirtuar nuestros valores, creencias u opiniones para agradar o ganar la aprobación de otras personas. Hay que aprender a respetar nuestras necesidades, valores, deseos y pensamientos e inteligentemente expresarlos.

Lo anterior no significa querer siempre ser el centro de atención o no reconocer los derechos de los otros o ser indiferentes a los intereses de los demás. Algunas personas deciden renunciar a su inteligencia, renunciando así a su autoestima, por miedo a no ser aceptadas y queridas. Nunca es sano, y además lleva al fracaso, establecer una relación con alguien que no respete nuestra inteligencia.

Negarse a reírse de una situación que ridiculiza a otra persona o de un chiste de mal gusto es autoafirmación. Al reconocer nuestras necesidades y vulnerabilidad podemos hacer preguntas directas sin necesidad de fingir que “ya lo sabía”; expresar con naturalidad, sin agresividad, nuestros gustos y entusiasmo, compartiendo emociones; en otras palabras, permitir que los demás escuchen la vibración de nuestro ser, también es autoafirmación.

Cuando nos permitimos la experiencia de ser competentes para afrontar los desafíos de la vida y de ser dignos de lograr los objetivos plasmados en nuestro “proyecto de vida” sentimos y vivimos la autosatisfacción aflorando la felicidad del SER y no sólo del TENER.

Esto nos presenta oportunidades maravillosas. Por ej.: aceptar la amistad cuando alguien nos la ofrezca, ya que es bueno reconocer nuestra necesidad de contacto humano; permitirnos expresar el amor y aun con miedo procurar la emoción del encuentro con nosotros mismos para conocernos y reconocernos. Sólo así podremos admitir nuestros sueños, ideales y  ambiciones legítimas.

Es cierto que se requiere coraje para salir de nuestros escondites y participar en “la fiesta” abriendo las puertas a nuevas posibilidades de autoexpresión. Recordemos que lo que vale, cuesta.

¡Ánimo! Hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton