Antier estaba dando mi rol y me enteré de que había visita presidencial, que venía don Peña con todo y su polémico avión, y pensé: ¿a qué viene esta vez? Checando Milenio, se entera uno de la gira del presidente, resulta que ayer vino a Maxcanú para inaugurar una Casa del Niño Indígena, y se hizo la firma del convenio entre autoridades federales, estatales y la fundación Patrimonio Indígena MX, y en este primer periodo se van a invertir diez millones de pesos en las cuatro casas del estado que están en Maxcanú, Tzucacab, Chemax y Citincabchén, para un mejor desarrollo de los niños en sus comunidades. Esto es muy importante sobre todo por aquello que dicen que hay que empezar con la raíz.

Uno de los promotores de estas casas es el cantautor español Miguel Bosé, quien vino acompañando al presidente, y estaba feliz porque un coro de niños cantó en maya una de sus canciones; bien por el español por dar un poco de lo que le ha dado la vida.

Otro suceso que llamó la atención fue cuando la niña Fátima Chay, en su discurso, dijo que quería ser presidenta, a lo cual reaccionó el presidente Peña, y en viaje imprevisto la llevó a comer a Los Pinos, un gesto de mucha sensibilidad del presidente, porque se salió de todo protocolo, y llevó a la niña a la Ciudad de México en el avión presidencial, para que conociera la casa donde vive el mandatario y hasta la primera dama estuvo presente, un gran gesto hacia esta niña de Maxcanú que tiene sueños altos, pero estoy seguro que con ese entusiasmo y ganas los puede lograr. Y qué quemada le dio la delegada Xóchitl Gálvez a Diego Fernández de Cevallos, cuando subió a periswascop el video de su fiesta en la cual había políticos de todos colores: azules, rojos, amarillos, conviviendo a todo dar, y pasándola bien, pues no que no se llevan. Mare quién los entiende, masinó.