Yucatán e Isidoro (2)
El huracán Isidoro fue de categoría 2 en la escala Saffir-Simpson y fueerrático en su movimiento de traslación, se movió demasiado lento.
La noche del sábado 21 de septiembre de 2002 el huracán ISIDORO empezaba a bordear la Península de Yucatán por el noreste y a acercarse lentamente a la costa yucateca contra todo pronóstico, ya que se esperaba que se internara de lleno al Golfo de México; las autoridades yucatecas ya habían dado la orden de evacuación para toda la costa y la población permanecía muy tranquila, con la esperanza de que se desviara o de que por la intensidad que traía no fuera a causar mayor problema, sino sólo a la costa, así que por qué preocuparse, era domingo familiar y a pasarlo con un poco de viento y lluvia se decía.
El huracán ISIDORO en efecto era de categoría 2 en la escala Saffir-Simpson y no intenso como lo fue GILBERTO, pero tenía un detalle que lo hacía muy diferente: era errático en su movimiento de traslación, se movía demasiado lento a 7 km/h debido a factores de su entorno ambiental que lo obligaban a ir despacio y eso significaba un mayor rango de afectación en tiempo, algo que jamás se había vivido, ya que estábamos acostumbrados a huracanes que nos afectaban a lo máximo 12 horas que es lo normal y no más.
Mérida amanecía en domingo con la amenaza de huracán, pero ni siquiera estaba lloviendo, así que de qué preocuparse; los meridanos y la población de Yucatán pensaron vivir un día lo más normal posible, se comentaba con gran optimismo: si sobrevivimos a un huracán categoría 5 que fue llamado huracán del siglo, GILBERTO, uno llamado ISIDORO, de categoría 2, qué más nos podría hacer; alrededor de las 11 de la mañana una vaguada que funcionó como un tope se posicionó al oeste del Golfo de México y otra, producto de un frente frío, en la parte norte y obligaron a ISIDORO a acercarse a la costa yucateca e ingresar a tierra. Su ojo entró a tierra exactamente por donde salió GILBERTO al mar: la zona de Telchac Puerto.
En ese momento empezó para los yucatecos una lección muy dura y dolorosa.