Cuando las mujeres se unen, el mundo cambia. Su movilización está en el apogeo y su trabajo debe ser difundido, porque unas lo desconocen, algunas no saben cómo acceder a los apoyos y otras no se atreven por determinada situación familiar. Por estos días, son múltiples los ejemplos de esa labor: conferencias, cursos, campañas, brigadas de apoyo en la pasada contingencia, iniciativas de ley y exámenes gratuitos.

Estos esfuerzos -impulsados desde los tres niveles y por promotores de diferente afiliación partidista- pretenden crear conciencia para evitarlos y no lamentarlos. El cáncer de mama, la violencia contra mujeres y la prevención del suicidio, merecen hoy una atención especial, dadas las estadísticas desfavorables. Son tres males abordados de manera distinta por su naturaleza, aunque deben ser atacados sin descanso. En este sentido, las acciones de las mujeres cobran valor mayor.

Primero: En el marco del Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Mama, el DIF Solidaridad presidido por Cinthya Osorio de Góngora ha realizado actividades todo el mes, convocando a la sociedad para fomentar la autoexploración y el diagnóstico oportuno. Osorio de Góngora se sumó a la jornada “Mujeres con Vida”, impulsada por otra activista distinguida, Mariana Zorrilla de Borge, presidenta del DIF Quintana Roo, ofreciendo pláticas de prevención, servicios de salud, cirugías de reconstrucción y un desayuno a beneficio para recaudar fondos.

Según la Secretaría de Salud federal, este tipo de cáncer es la primera causa de muerte en México y el estado se coloca entre los primeros diez. De ahí la importancia y la urgencia de abordarlo en toda su magnitud.

Segundo: Con motivo del Día Naranja, celebrado cada 25 de mes, el Instituto Quintanarroense de la Mujer, dirigido por Blanca Pérez Alonso, difunde los servicios gratuitos para congéneres en situación de violencia, como trabajo social, psicología, asesoría y acompañamiento jurídico, brindados por profesionistas en sitios concurridos. Aunado a esta dinámica de sensibilización, se distribuyen 500 distintivos y se entregan 600 tarjetones con material que contiene su oferta institucional sin costo.

La violencia contra las mujeres y niñas es un agravio innombrable: el impacto puede ser tanto inmediato como de largo alcance, afecta negativamente su bienestar e impide su participación plena en sociedad.

La realidad de una mujer violentada es terriblemente distinta a la del resto. El problema es que la gran mayoría (1 de cada 2 en el país) ha sufrido violencia de cualquier tipo en algún momento, en especial cuando el círculo empieza mientras son menores de edad.

Tercero: Quintana Roo ocupa el segundo lugar entre las entidades con mayor tasa de suicidios detrás de Aguascalientes, cuyo índice es de 9.2 por cada 100 mil habitantes, nuestro estado con 8.8 y Campeche con 8.5, asegura la regidora Laura Beristain Navarrete, quien presentó ante el Cabildo la propuesta para crear la Red Municipal para la Prevención del Suicidio de Solidaridad.

Según la perredista, la iniciativa propone una coordinación efectiva entre Protección Civil, Bomberos, Centros de Salud y otras instancias que puedan actuar en emergencias. El dato duro por sí solo es una alerta que no puede pasar inadvertida, menos cuando ellas también lo intentan o cometen.

En estos tres casos presentados, la participación de las mujeres es protagónica. Su intervención en la toma de decisiones respecto al manejo de recursos (materiales y económicos), así como en las acciones con un impacto vital en el desarrollo de sus comunidades, ha sido clave para avanzar. La participación es un derecho legítimo, no una concesión de las instituciones, lo cual obliga a motivar la suma de más voluntades. Ya no se requieren tantos marcos legales ni mecanismos especiales, solamente las ganas de ayudar, de organizarse y de obtener buenos resultados.