¿Crees en las historias de miedo de los cementerios?

En la ciudad, dos de los panteones registran más actividad paranormal en los últimos años: Xoclán y el de la colonia Chuburná.

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Muchas personas aseguran que las historias de terror en panteones son producto de creencias o experiencias de trabajadores de estos recintos. Imagen de un cementerio en Mérida. (Milenio Novedades)
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Joel González/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Por lo general, los temas de apariciones, fantasmas, brujas y muertos "espantan" a las personas y más si se vive cerca de un cementerio, los cuales son sitios donde algunas personas ubican eventos sobrenaturales.

Sin embargo, dicen especialistas en el tema, muchas de estas historias son producto de creencias o experiencias de trabajadores de estos recintos.

En la capital yucateca son dos los cementerios que han registrado más actividad paranormal en los últimos años: Xoclán y el de la colonia Chuburná, el cual tiene la característica de que en los últimos años de forma constante van hechiceros a hacer brujería, dijo el investigador yucateco Jorge Moreno, quien ha visitado cerca de 200 cementerios de Yucatán y quien en 2007 visitó 100 panteones en 80 días consecutivos para un proyecto-reportaje.

Sobre el panteón de Chuburná comentó: “Platicando con uno de los veladores, me dijo que casi todos los días tiene que limpiar porque encuentra velas rojas, muñecos de vudú y esas cosas”.

Añadió que los vecinos del fraccionamiento que pasan por esa zona se asustan al ver ese tipo de objetos, tanto al exterior del panteón como al interior.

Hace 20 años hubo un hechicero que todos los martes y los viernes iba a hacer sus embrujos en el cementerio de Xoclán 

El especialista indicó que la historia que circula es la versión del enterrador Rosendo May, quien trabajó en ese sitio hace 70 años.

Falleció en su pueblo natal un fin de semana y, según dijeron dos de los empleados del camposanto, lo vieron trabajando al siguiente lunes como siempre; señalaron que sólo les llamó la atención que no les devolvió el saludo, ya que era un hombre muy amable, y para el martes que Rosendo May no se presentó al trabajo, se enteraron que había fallecido tres días antes y fue velado y enterrado el domingo.

“Los tres empleados juran que lo vieron, pero era un alma en pena; esto se debe a que era muy entregado a su trabajo, que aún ya muerto quería seguir laborando”, consideró.

Con respecto al cementerio de Xoclán, contó que hace 20 años hubo un hechicero que todos los martes y los viernes iba a hacer sus embrujos y le pagaba al velador para que lo dejara pasar.

“Y lo mismo, fallece el hechicero, pero el velador lo vio varias veces después; incluso, en una ocasión se le acercó para pedirle su propina, pero aquél no le hizo caso, sólo caminaba de frente… Luego, el velador se enteró que el visitante tenía seis meses de fallecido”, añadió.

El caso del ubicado en Komchén, los sepultureros narran la historia de un migrante que se fue a Estados Unidos y nunca regresó porque falleció allá, pero cuentan los vecinos que se le vio deambulando el día que murió su abuelo, por lo que se cree que el alma en pena del muchacho fue al panteón a despedir a su abuelo.

Sin sugestionarse
  • Muchas historias de terror han sido difundidas por los enterradores que trabajan en los panteones meridanos.
  • Los especialistas recalcan que “la gente no se debe sugestionar con las historias de almas que no pueden descansar y están buscando algo”.

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