Alicia Carrasco/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Pese a que los inspectores municipales realizaron patrullajes para recordar a los ambulantes que desde hoy deben retirararse del Centro Histórico, los oferentes han advertido que no se moverán porque no tienen dónde ir.

Cabe indicar que ante el inicio hoy del programa el Buen Fin, que concluye el próximo lunes, la Cámara Nacional de Comercio de Mérida (Canacome) propuso retirar a los oferentes informales para evitar afectaciones a los negocios establecidos que participan en la campaña.

La Comuna diseñó un plan para limitar el comercio informal y pretende aprovechar ese movimiento para que diciembre queden “limpias” del comercio informal las aceras del centro.

Los ambulantes declararon que los avisos de las autoridades municipales iniciaron hace una semana, “un inspector vino y me avisó que tendría que retirar el negocio de la vía pública en estos días, y por todo el mes de diciembre, hasta nuevo aviso”, comentó María Argáez, quien tiene un puesto de venta de protectores para celular.

Desde la semana pasada los inspectores les indicaron a los oferentes de debían retirarse de las calles.

“Le platiqué a mi jefe y él me dijo que siguiera poniendo el puesto, que cualquier cosa iría a hablar con el inspector. No sé si en otras ocasiones ha ocurrido, éste es mi primer año trabajando en este puesto”, declaró María.

Las personas que colocan sus productos fuera de diversos locales aseguran que cuentan con el permiso de los dueños o gerentes para utilizar esas áreas.

“Hace un mes vino un inspector y me dijo que no podía estar en este pasillo, pero no estorbo la vía pública, estoy pegada al aparador de esta tienda y mis niños son tranquilos”, dijo Gerarda Rosas, vendedora de artesanías.

“El inspector insistió en que me retirara, pero no me fui; entonces entró a la tienda y habló con la gerente para quitarme, pero ella le dijo que yo llevaba años ahí y que no era ninguna molestia, entonces se fueron y no me volvieron a decir nada”, señaló la vendedora.

Los ambulantes esperan que no los desalojen de la vía pública, pues la mayoría depende de sus ventas. “Si nos llegan a quitar no sé a dónde iríamos, mis artesanías no las puedo vender en mi pueblo, ya que mi clientela son los turistas”, declaró Gerarda.

Algunos oferentes afirmaron que “hasta ahora no ha venido nadie a decirnos nada, en caso de que nos quieran retirar, iremos a hablar al Ayuntamiento”.

rd/