Mujeres del Ejército Rojo salen del olvido

Voces de mujeres que combatieron durante la Segunda Guerra Mundial son recuperadas en el libro 'La guerra no tiene rostro de mujer'

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El libro <i>La guerra no tiene rostro de mujer</i>, de la escritora bielorrusa Svetlana Alexiévich, Premio Nobel de Literatura 2015 fue editado por primera vez en español. (Foto: ansa.it)
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Agencias
BUENOS AIRES, Argentina.- Las voces de las mujeres que combatieron en el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial, fueron recuperadas del olvido por la Premio Nobel de Literatura 2015, la bielorrusa Svetlana Alexiévich, en La guerra no tiene rostro de mujer, editado por primera vez en español.

La guerra no tiene rostro de mujer al igual que Voces de Chernóbil, ambos publicados por Debate para América Latina, confirman que la Academia Sueca optó este año por premiar por primera vez a una periodista de investigación, de estilo austero, despojada de componentes literarios.

La guerra no tiene rostro de mujer es la sucesión de relatos de combatientes que desde las trincheras y con la cercanía de la muerte, defendieron su condición femenina, intentaron preservar la coquetería, siguieron soñando con novios y maridos y también, algunas, con hijos que dejaron con sus familias en las aldeas para sumarse a la primera línea del frente.

"En la guerra no hay olores de mujeres. Todos los olores son masculinos. La guerra huele a hombre", rememora en el ensayo Klaudia S-va, una francotiradora que todavía en su vejez cree que tiene una hija discapacitada por el pecado de matar hombres durante la guerra.

"Las lluvias no cesaban... Corríamos por el lodo, la gente se caía en el lodo. Los heridos, los muertos. La idea de morir en aquel cenagal era completamente detestable. En ese negro pantano Que chica joven aceptaría quedarse tendida allí?", relata Liubov Ivánovna, una soldado y exploradora.

"Nuestro organismo cambiaba hasta tal punto que durante la guerra no éramos mujeres"

"Nuestro organismos cambiaba hasta tal punto que durante la guerra no éramos mujeres. No teníamos eso de las mujeres...las menstruaciones..Después de la guerra no todas lograron dar a luz", agrega Aleksandra Popova, teniente de guardia.

Durante la guerra la mujeres debieron ganarse su puesto de combate, muchas despreciadas por el machismo de sus comandantes, que las preferían de auxiliares o enfermeras en la retaguardia.

También hubo romances. Por ejemplo, la bielorrusa Sofía K-Vich, tuvo una niña de su comandante, que era casado. Pero "se terminó la guerra y se terminó el amor. Se fue con su legítima esposa y sus hijos. Me dejó una foto de recuerdo...Yo quería que la guerra no terminara. Asusta decir esto, suena a locura, pero ¡yo estaba enamorada!".

"En la guerra temía recordar la infancia. Precisamente la infancia. En la guerra está prohibido recordar lo mas tierno. Lo tierno está prohibido. Es un tabú, cuenta Stanislava Volkova, jefe de una sección de zapadores.

Precisamente, la sección de zapadores era una de las más peligrosas, a la que también se incorporaron las mujeres cuando el imparable avance de las tropas alemanas ocupó Stalingrado y su artillería divisó las torres de Moscú y hubo que recurrir a las fuerza de reserva, sin distinción de géneros.

Volkova cuenta que cuando a ella y a una amiga, ambas graduadas en ingeniería, las recibieron en el Estado Mayor de Ingenieros Militares, la advertencia fue: "señoritas,¿saben ustedes que la esperanza de vida de un jefe de la sección de zapadores es de dos meses?".

En la introducción de su ensayo, la periodista y escritora bielorrusa, explica que "en el ejército soviético hubo cerca de un millón de mujeres. Dominaban todas las especialidades militares, incluso la más 'masculinas'".

Esa presencia femenina, "incluso llegó a surgir cierto problema lingüístico para las palabras 'conductor de carro de combate', 'infante' o 'tirador' no existía el género femenino, puesto que nunca antes las mujeres se habían encargado de estas tareas. El femenino de estas palabras nació allí mismo, en la guerra..", sostiene Alexiévich.

La Premio Nobel nacida en 1948, además recibió los Premios De la Paz de los Libreros alemanes (2013), la Orden de las Artes y las Letras de la República Francesa, y el Premio Nacional del Círculo de Críticos de Estados Unidos (2006), entre otros.

(Con información de ansa.it)

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