Peña Nieto y Quintana Roo

Finalmente quedó atrás el sábado 1 de diciembre. Ahí quedaron para el recuento los actos protocolarios, el largo desfile de personalidades lo mismo en la Cámara de Diputados que en Palacio Nacional, la cascada de aplausos para el Presidente Enrique Peña Nieto, los largos y profundos discursos, así como los aventones por saludar, abrazar y tomarse la foto con el nuevo habitante de Los Pinos.

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La clase política de mayor peso, presente durante la firma del Pacto. Todos aplaudieron y todos celebraron la forma y el fondo. El hecho conlleva una enorme responsabilidad de todos y cada uno de los presentes. El llamado pacto por México,  es una alianza entre PRI, PAN y PRD por el bien del país. 
 
En pocas palabras, el  acuerdo que firmaron  los dirigentes de los partidos “grandes” con  el presidente Peña Nieto, y al que avalaron con su presencia varios gobernadores, tanto priistas, panistas como perredistas, tiene por objetivo la democratización del país y poner un alto a “los poderes fácticos”. El Presidente Enrique Peña Nieto,  lo planteó en trece acuerdos nacionales que han quedado plasmados.
 
Los 13 puntos que expuso el Presidente tienen vital importancia para el país y nuestro estado en particular, comenzando por la ruta transpeninsular de trenes Yucatán-Quintana Roo que nos impacta positivamente a nivel social. Pero hay mucho más, con alcances contundentes sobre todo en lo político.
 
Y es que Peña Nieto anunció que enviará a la Cámara de Diputados un proyecto de Ley Nacional de Responsabilidad Hacendaria y Deuda Pública para meter en cintura a los gobiernos locales.
 
No sólo algunos estados tienen la soga al cuello, sino Ayuntamientos donde la regla ha sido la contratación febril de préstamos, algunos de última hora y tan cuantiosos como invisibles, ya que el dinero se esfuma, quedando la pesada carga a los alcaldes cuando apenas se instalan en la silla.
 
La regulación de las deudas públicas es obligada para evitar que los gobiernos locales sean llevados a la quiebra técnica, lo que repercute en la calidad de los servicios, de ahí la necesidad de poner un freno a la voracidad desmedida, habitual de sur a norte y de este a oeste.
 
Será cuestión de conocer las precisiones y los alcances de este proyecto de ley que es una reacción obligada para evitar que los políticos de todas las fuerzas políticas se sirvan con la cuchara grande, a costa del contribuyente.
 
Destaca también la iniciativa de reforma constitucional que presentará Peña Nieto para contar con un sólo Código Penal de aplicación nacional, medida saludable para tener un criterio unificado para las penalidades, abarcando toda la gama de delitos que tanto han afectado a millones de familias.
 
A esperar los frutos de la política, pues… 

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