Salvemos una vida: Enseñan a padres de familia la clave para criar hijos felices y con bienestar

Hay que darse cuenta de que la niñez es la inversión más importante, manifestó el doctor en psicología, Miguel Ángel Tlacatelpa durante el programa “Salvemos una Vida".

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El Dr. Miguel Ángel Tlacatelpa acompañó a Esperanza Nieto durante el programa, en el que se abordó el tema “El verdadero amor a los Niños”. (José Acosta/Novedades Yucatán)
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Cuando las personas empiezan a darse cuenta de que la niñez es la inversión más importante, donde se puede empezar a hacer crecer una nueva siembra en la sociedad, se podrá alcanzar la verdadera felicidad, hay que aprender cuál es la forma correcta de educar a los hijos para que vivan felices y con bienestar, manifestó ayer el doctor en psicología, Miguel Ángel Tlacatelpa, al abrir la emisión del programa radiofónicoSalvemos una Vida”, que se transmite todos los viernes por la estación Amor 100.1 FM de Grupo SIPSE.

Acompañada de la conducción de Esperanza Nieto, en la emisión que se impartió de 11:00 a 12:00 horas, el Dr. MAT abordó el tema “El verdadero amor a los Niños”, donde manifestó que los padres de familia deben aprender a dar a amor antes de educar a sus hijos, pues, de lo contrario, pueden generar un ambiente de violencia que años más tarde se convierte en un problema serio.

“Si yo no tengo amor, no lo puedo dar, tenemos que revisar muy a profundidad lo que queremos, muchas veces queremos dejar algo mejor de lo que hemos sido y eso da pie a la evolución de la humanidad, pero debemos a aprender a ser responsables de traer a un niño al mundo”, comentó.

El especialista recordó la famosa frase de Napoleón: “A los niños hay que dedicarlos 20 años antes de que nazcan”, y explicó que eso se traduce en que hay que educarse primero como papás. Si entienden, continuó, que la palabra responsabilidad es responder a una habilidad, es decir, tener la habilidad de saber relacionarse con una pareja, podrán avanzar en la educación de sus hijos.

Señaló que la iglesia, muchas veces, inicia con cursos ligeros antes del matrimonio para la convivencia en la pareja, pero muchas veces no son suficientes. Explicó que cuando una pareja ya está en matrimonio se tiene un choque brutal de dos mundos, sin embargo, hay que adaptarse.

Indicó que tras el paso de algunos años, y cuando la pareja tiene un hijo, llegan a pensar que él puede salvar el matrimonio, razón por la cual lo cargan de responsabilidad y de mucha presión emocional.

“La frustración de querer pensar que un hijo va a salvar nuestro matrimonio existe, el hecho de tener un hijo no te quita lo borracho ni lo mujeriego, al contrario, lo pueden potencializar y en el caso de las mujeres tampoco le van a quitar sus defectos, el problema es que toda esa frustración la recargamos sobre ellos y empezamos a tener, nos guste o no, un mundo violento dentro de nuestra casa”, acotó.

En charla con Esperanza Nieto, el Dr. MAT señaló que el hablar de amor a los niños debería ser el capital de los padres para educarlos, es decir, que tienen que buscar la habilidad para saberse amar y amar a los demás; es algo fundamental, como si se tratara de una asignatura que se imparte desde la primaria.

Explicó cuando los niños empiezan a notar que los padres se pelean, se gritan y se empiezan a pegar, entienden que el amor es así y es cuando se generan patrones de violencia; ya que los papás son las primeras figuras “inspiracionales”, es decir que imita todo lo que hacen los padres en las familias. “Los niños necesitan ser abrazados ser amados, pero sobre todo ser escuchados, es algo que nos cuesta mucho trabajo a los grandes”, comentó.

El especialista en piscología comentó que si el padre o la madre no cuenta con los modelos de educación, puede empezar a buscar información a través de una amplia variedad de fuentes, tales como libros, artículos de investigación y otros más que, al final hay, que llevar a la práctica, ya que el amor no viene por mensajería.

Indicó que hay muchos papás que quieren llevar a sus hijos a terapia, pero por qué no comenzamos con él primero: “Hay papás que son muy rígidos, muy estrictos en esta forma y se vuelven fríos emocional y afectivamente… hay incluso niños en las calles que no les hacemos caso y están pidiendo un grito de ayuda emocional, nos están diciendo escúchame y atiéndeme”.

Relató que es ahí donde uno debe tener claro que si el hijo se pone más rebelde, no se debe actuar con más violencia, sino que en lugar de discutir o regañar, lo que necesita los hijos es un abrazo muy fuerte y el decir “aquí estoy y te amo”.

El Dr. MAT explicó que el abrazo es el lenguaje de la acción y el amor, porque a través de este no se tiene que decir nada, pues el trabajo muestra presencia. Recordó que a veces los papás están inmersos en el trabajo y todas las cosas que eso conlleva que cuando salen de la oficina, siguen al pendiente de otras cuestiones y no les hacen caso a sus hijos.

Destacó que la “Abrazoterapia” en Norteamérica ya es algo que se tiene como maestría y posgrado e incluso existen muchos libros sobre ello. Precisó que la autora Virginia Satircuenta con libros que abundan sobre el desarrollo de los abrazos; dijo que ella menciona que para que se tenga una vida saludable y se pueda tener un contacto de emoción y la vida, necesitas entre 4 y 12 abrazos para mejorar la calidad de vida.

De este modo, compartió que las personas deben empezar a practicar el abrazo, en particular las mamás que además de trabajar tienen que estar pendientes de otras cosas de la casa. Subrayó que, si tienen hijos, los padres deben tener la habilidad de responder por ellos y convertirlos en adultos felices y de bienestar.

Junto con Esperanza Nieto, coincidió en que la comida es un abrazo de amor, y en ese sentido, comentó que la gente debe aprender a dar gracias por los alimentos: una comida de todos los días se hace rutina y hay que tenerlos como un hábito de convivencia con los hijos y nietos.

Ahí, el doctor Miguel Ángel respondió que los tiempos modernos han llevado a la sociedad a una desagregación, que a su vez los ha motivado a vivir en islas o archipiélagos. No obstante, las familias pueden fijar horarios los días posibles para que todos coman en familia, aunque los hijos sean adultos e inclusive jalar a los nietos, sobrinos e incluso amigos, ya que es un momento de integración y de compartir.

Señaló que estos pequeños detalles que parecen insignificantes deben de tener gran relevancia, pues, poco a poco, se vuelve un tejido y es la base del desarrollo de la sociedad.

Destacó que cuando los papás empiezan a darse cuenta de que la niñez es la inversión más importante donde uno puede empezar a hacer crecer una nueva siembra de la sociedad, es cuando se puede alcanzar la felicidad.

El especialista recomendó el libro que resulta como un gran apoyo en psicología para los papás: “El Niño Feliz”, de la autora Dorothy Corkille Briggs, el cual hace que uno se tope con muchas ideas o costumbres que al final choquen con sus ideales, pero que deben poner en práctica para ver si funciona.

“Cuando voy descubriendo a mis hijos a través de sus necesidades, puedo darme cuenta que sí requiere que lo escuche y, al final, puedo decirle que estoy al pendiente y que me importa. A veces no necesitas que les digas qué hacer, sino que simplemente los escuches, y entonces es ahí cuando le puedes decir: me permites darte una opinión”, argumentó.

Puntualizó que los consejos no siempre son para obedecerse, sino para ampliar las opciones que tienen los hijos. Sin embargo, en ocasiones el “ego” de unos como padres los obliga a hacer ese consejo sea “a fuerzas” el que deben tomar.

Añadió que la niñez necesita volver a desarrollarse donde las personas puedan encontrarse con la felicidad y pueden experimentar un montón de situaciones, además de saber que cuento con el apoyo de mis padres, a pesar de que me puedo equivocar.

“Niños hay en todos lados y en la calle también existen niños que son nuestra responsabilidad, porque están dentro de nuestra comunidad, de nuestra ciudad y son parte de nosotros, también podemos compartir y eso es una de las riquezas más grandes que podemos hacer con los niños”, finalizó el especialista.

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