Por fin el gobernador Carlos Joaquín González tiene el camino libre para proponer Auditor Superior del Estado, ya que Javier Zetina González y Hugo Favio Bonilla Iglesias presentaron este domingo sus renuncias irrevocables como Auditor y Auditor suplente, argumentando “motivos personales y por estar convencidos que debe prevalecer ante todo el interés superior de las instituciones”.

Zetina González y Bonilla Iglesias fueron funcionarios heredados por la administración del gobernador Roberto Borge, y la anterior Legislatura reforzó a marchas forzadas un “blindaje de la impunidad” cuya primera pieza en caer fue el Fiscal General Carlos Arturo Alvarez Escalera.

El priista cozumeleño Zetina González tiene un expediente intachable en destreza y confiabilidad en todas sus tareas, incluyendo su paso fugaz por la Presidencia de la Gran Comisión del Congreso en la recta final del gobierno de Joaquín Hendricks. Pero en este sexenio no encajaba y era un elemento indeseable con manifestaciones de rechazo más visibles en el bloque dominante PAN-PRD.

El experimentado columnista Jorge González Durán hizo en su Face dos preguntas obligadas: “A quién propondrá el gobernador como nuevo Auditor Superior del Estado? ¿Privilegiará la lealtad política y personal o la solvencia moral y profesional?”.

                                                  Las miserias de Luis Torres

El alcalde capitalino Luis Torres Llanes hace todo lo que está en sus manos para mantener en marcha al Ayuntamiento capitalino; la política a flor de tierra es lo suyo porque es un hombre sencillo, pero hay acciones que reflejan arcas con centavos y que son habituales en la alcaldía más repleta de miserias, donde la entrega de cinco balones es motivo de fiesta.

Este lunes –según un comunicado–, el alcalde “entregó 30 láminas de zinc e igual número de tablas para el mantenimiento de la escuela primaria Luis Córdova Reyes en la colonia Mártires Antorchista”.

La capacidad de respuesta del Ayuntamiento capitalino es muy raquítica, aunque Luis Torres hace lo que está en sus manos y no se queda congelado, pero las demandas se multiplican en áreas tan sensibles como la educación, tarea que deben atender los gobiernos estatal y federal sin excusas.