Cuando estés en un cenote ten cuidado, podrías entrar al inframundo

Los mayas creían que al morir las personas recorrían un largo camino hacia el mundo de los muertos.

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Para los mayas, los cenotes eran considerados portales o ventanas al mundo de los muertos. (Contexto/Internet)
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Agencia
CANCÚN, Q. Roo.- Las cuevas y cenotes han sido escenarios de gran importancia para los mayas desde tiempos ancestrales, ya que se consideraban portales o ventanas al mundo de los muertos.

El portal de ‘Arqueología Subacuática’ explica que los mayas, al igual que muchos grupos mesoamericanos, creían que al morir las personas recorrían un largo camino hacia el mundo de los muertos, para ellos llamado Xibalba.

Este mítico lugar, donde moraban los dioses, los antepasados y demás seres sobrenaturales, se ubicaba físicamente en el subsuelo terrestre y bajo el agua, por lo que también es conocido como inframundo.

Linda Schele y David Freidel investigadores, afirman que los mayas del periodo Clásico (0-900 después de Cristo) creían que los habitantes del inframundo vivían de cabeza y que al ponerse el sol Xibalba rotaba sobre la tierra para formar el cielo nocturno.

Serpiente barbada

En una representación del cosmos, pintada en un plato trípode, el cual se cree fue destinado a contener la sangre que ayudaba a abrir el portal al otro mundo, se pinta el portal abierto como una gran serpiente barbada y de mandíbulas esqueléticas que representa las fauces del inframundo.

Los mismos autores interpretan que “de las mandíbulas de la serpiente manan las aguas puras y vivificantes de la tierra y por debajo fluyen las oscuras y fecundas aguas del inframundo”.

Al inframundo maya se relacionaban diversos seres mitológicos y animales fantásticos, tales como el ave Moan, que es manifestación del dios de la muerte. Algunas representaciones del ave Moan muestran una combinación de ave y perro, ya que era el perro quien conducía las almas de los muertos al Xibalba.

La relación del perro con el hombre incluso permitía que se sacrificase este animal en sustitución a los humanos. La mitología fantástica del inframundo y su asociación a las cuevas como puertas de acceso al mundo de los muertos, quedó plasmada en esa gran obra universal que es el Popol Vuh.

Por todo ello, las cuevas y cenotes eran considerados por los mayas como lugares del nacimiento de la vida, contenedores de agua virgen o suhuy ha’, punto de origen de algunos grupos o linajes y espacios adecuados para llevar a cabo diversos ritos.

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