Agencias
CANCÚN, Q. Roo.- Es muy común que luego de comprar la verdura muy fresca la metamos al refrigerador para conservarla en buen estado por más tiempo, sin embargo hay alimentos que en definitiva no debemos darles este tratamiento.

De acuerdo con la Fundación UNAM es mejor que pensemos dos veces antes de confinar nuestra comida a la nevera. Aquí les presentamos cinco vegetales que no deben ir a este lugar y sus razones.

Aguacates

Estas frutas maduran hasta que son cortadas del árbol, por lo que jamás debes almacenar un aguacate duro en el refrigerador ya que nunca concluirá su proceso de maduración. Lo que debes hacer en cambio, es envolverlo en papel periódico o de estraza y guardarlo en lugar calientito, como el horno o la alacena.

Albahaca

La mata de esta planta adora el calor, por lo que mantenerla por periodos prolongados en el refrigerador genera que se maltrate y se marchite antes de tiempo. 

La mejor forma de mantenerla radiante es colocarla como si fuera cualquier flor, en un vaso con agua que se cambie cada dos días y cuidando que no le de la luz del sol de manera directa.También se puede colocar una bolsa de plástico con hoyitos y que quede flojita para que le ayude a mantener la humedad.

Cebollas

Una vez cosechadas las cebollas deben ser “curadas” y mantenidas en la alacena para que estén en un ambiente fresco y no tan húmedo como el refrigerador. El lugar de almacenaje debe tener una buena ventilación para que no se pudran.

Se debe tener cuidado de no almacenarlas con papas para que no generen humedad o gases que hagan que se echen a perder rápidamente. En cambio, las cebollitas de rabo y el cebollín sí puede guardarse en la nevera pues poseen mayor cantidad de agua, además  de que se estropean rápidamente y en el anaquel duran poco.

Jitomates

Los jitomates en realidad son frutas, crecen muy bien en temperaturas cálidas, incluso después de cosechados mantienen sus propiedades en los lugares con más calor.

Guardarlos en el cajón de las verduras puede provocar cambios en el sabor y en su consistencia, esto no evitará que puedas cocinarlos pero se verá reflejado en  los platillos. Lo ideal es mantenerlos sobre la barra o en un cajón exterior y consumirlos cuando se encuentran en su punto, maduros.

Papas

La humedad y el frío convierten el almidón de las papas en azúcar, lo que altera su composición, por lo tanto su sabor y su textura cambian a la hora de cocinarlas. Lo ideal es mantenerlas a 7 grados ya que estos tubérculos aman la humedad pero no les gusta mucho el frío.

La mejor forma de cuidarlas es colocarlas en una caja de cartón o en una bolsa de papel en la alacena, esto no genera humedad que haga que se pudra la papa.