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Se ubica en una base cuadrada de bloques y cemento de nueve metros cuadrados y dos metros de altura, con dos columnas. (Foto: Joel Zamora/SIPSE).
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Ángel Castilla/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- La efigie de doña Leona Vicario, ubicada en la glorieta del cruzamiento entre las avenidas de los Héroes e Insurgentes, recibe a los lugareños y visitantes que buscan llegar a la bahía de Chetumal. De frente a las personas que circulan de sur a norte, en la avenida de los Héroes, pero con la mirada de este a oeste en la avenida de Los Insurgentes, la estatua del personaje de gran relevancia e importancia en la historia de la Independencia de México, ha sido referencia de los chetumaleños para guiar a terruños y visitantes a las tranquilas aguas del Santuario del Manatí, por la avenida de los Insurgentes o aquellos que desean acurrucarse en la comunidad de Calderitas, situada a siete kilómetros, precisamente, a partir del monumento.

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Precisamente en esa glorieta, doña Leona Vicario, por el frente, le dice gracias al nombre de la principal arteria comercial de la capital del estado, avenida de Los Héroes, porque a sus espaldas, la vía de circulación, a partir de 1998, con motivo del centenario de Chetumal, se denominó avenida del Centenario.

Esta figura mide tres metros de altura. (Foto: Joel Zamora/SIPSE).

Labrada en piedra negra y gris de Tlalpujahua, Michoacán, por las manos del escultor Víctor Gutiérrez, oriundo de la Ciudad de México, Leona Vicario, con más de 42 años, ha sido testigo de los años maravillosos del primer cuadro de la ciudad y del crecimiento de Chetumal hacia nuevos horizontes.

Fue inaugurada en noviembre de 1975, por el primer gobernador constitucional del estado de Quintana Roo, Jesús Martínez Ross.

La estatua mide tres metros de altura, pesa más de tres toneladas, y fue armada en tres secciones de un metro cada una, proceso que se llevó más de 90 días.

Desde su inauguración fue colocada en una base cuadrada de bloque y cemento de aproximadamente nueve metros cuadrados y dos metros de altura, con dos columnas, una a cada costado, detrás de la imagen.

Es obra del escultor Víctor Gutiérrez. (Foto: Joel Zamora/SIPSE).

Originalmente su nombre y frase fueron escritos con letras mayúsculas y minúsculas mezcladas, pero en las celebraciones del centenario de la capital, fueron escritas con puras mayúsculas, y se le agregó la leyenda “Heroína de la independencia” y la fecha en la que vivió.

En 2015, en la administración municipal de Eduardo Espinosa Abuxapqui, la estatua de Leona Vicario dejó de lucir el color natural de la piedra negra y gris, que lució durante 40 años, al ser cubierta con una pintura dorada.

En entrevista, el escultor Víctor Gutiérrez señaló que después de haber entregado la obra, jamás volvió a ser llamado para realizar trabajos de mantenimiento o restauración de la estatua de Leona Vicario, que seguramente por el paso del tiempo debe de presentar un deterioro natural.

Es de piedra negra y gris de Tlalpujahua, Michoacán. (Foto: Joel Zamora/SIPSE).

“Desafortunadamente pasan las décadas y no se les da arreglo a nuestras creaciones, debería de existir en la ley una regalía de mantenimiento, sería bonito y provechoso para ambas partes, para que las esculturas resistan lo más que se pueda”.

Expresó que los rasgos y vestimenta fueron consultados en la iconografía de Agustín Casasola, famoso fotógrafo de la Revolución Mexicana, que se dedicó por muchos años a retratar las pinturas de los museos del centro del país, como el del Castillo de Chapultepec.

El monumento de Leona Vicario pesa más de tres toneladas. (Foto: Joel Zamora/SIPSE).

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