Persiste el "coyotaje" entre las constructoras de Chetumal

Empresas locales pierden contratos que ilegales negocian “bajo la mesa”.

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Han aumentado el número de trabajadores que llegan con las empresas foráneas y que al cabo de la obra se quedan para buscar trabajo, y cobran menos de lo que habitualmente se paga en la zona. (Ernesto Neveu/SIPSE)
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Ernesto Neveu/SIPSE

CHETUMAL, Q. Roo.- La práctica desleal de “coyotaje” continúa dándose en la industria de la construcción, pese a que muchas dependencias gubernamentales establecen reglas claras a la hora de someter a licitación pública sus proyectos de obra.

 
En los documentos queda por sentado que la firma que logre el contrato de ninguna manera subcontratará a otra para ejecutarla, omisión que deriva en serios problemas con sindicatos a la hora de cobrar por el trabajo, consideró el líder de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Nicolás Aké Gómez.
 
Situaciones como la de los sindicatos materialistas Caja Roja y Caja Blanca, que se vieron en la necesidad de parar sus camiones de volteo a las afueras de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra) en busca del pago por fletes de material pétreo a una obra carretera que realiza el gobierno estatal en la zona limítrofe con Campeche (Nuevo Becar), tuvieron origen en la subcontratación de una empresa con la que los volqueteros no tuvieron trato inicial.
 
“Siempre hemos buscado que el gobierno del estado trate de apoyar a la empresa local, porque esta genera economía en la entidad con sus ingresos. El recurso se queda aquí. Esa ha sido la idea. Cuando ha habido algún contrato importante, las empresas locales nos unimos para poder competir con las foráneas ymuchas veces hemos ganado la obra”, dijo.
 
“Cuando las empresas foráneas subcontratan a otras locales para ejecutar la obra, se presenta el fenómeno del ‘coyotaje’, que lejos de beneficiar a las empresas, las perjudica, pues estas tienen que abaratar sus tarifas para dar algún margen de utilidad a la firma que ganó la licitación”, explicó. 
 
Otro de los inconvenientes que señaló Aké Gómez es el de los trabajadores que llegan con las empresas foráneas y que, al cabo de la obra para la que fueron contratados se quedan aquí para buscar trabajo y se “alquilan” por menos de lo que habitualmente se paga en la zona, pues existe un tabulador, abaratando la mano de obra, con lo que los albañiles locales son desplazados.
 
“Comienzan cobrando barato, pero luego se dan cuenta de que no les reditúa y es cuando se quieren reponer con el cliente, subiéndole el precio y  dejan sin empleo a los trabajadores locales”, finalizó.

 

(Edición: Rafael Pérez)

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