Adrián Barreto/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- “Armandito” Rubio suma la mañana del viernes su tercera jornada sin generar un solo peso, y pese al calor y a las ocupaciones que ya alcanzaron el 92% en el destino, los pocos turistas que llegan a la playa de la calle 4 pasan de largo, incluso hacia Cozumel, debido al sargazo que se descompone poco a poco en la playa.

“La gente viene y toma una foto y la sube a internet y se van. Los turistas nos preguntan dónde hay una playa sin sargazo y lo único que les decimos es que vayan a los cenotes o a Cozumel, porque aquí no van a encontrar y es obvio que no se van a quedar aquí”, expresa el mesero del club de Playa Caribe.

Son las 11 del día y unos pocos grupos familiares, extranjeros y mexicanos, se acercan y aclaran dudas con los prestadores de servicios turísticos. El acercamiento que comienza con un ofrecimiento de un tour para snorkel que hace Abel Ruiz a los visitantes, se desvanece casi al instante.

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Los visitantes dudan. Refunfuñan por las playas cafés y preguntan qué tan caro es ir a Cozumel, donde –les han dicho los mismos vendedores– hay costas más agradables en estos momentos que las que se aprecian en Playa del Carmen.

Abel Ruiz, un vendedor de tours, incluso le recomienda a la gente que vayan a los cenotes y los parques ecoturísticos.

“Yo entiendo a la gente. No tenemos argumentos para que se queden. Si yo viniera con mi familia desde Monterrey o Ciudad de México o de cualquier lugar, pues lo que menos quiero es ver esto”, reconoce el trabajador que tiene más de 12 años dedicándose al turismo, mientras ve acercarse a una cuadrilla de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) que recoge sargazo.

Por ratos los vendedores de tours y los meseros son los únicos que se avistan en la playa que va desde el parque Fundadores a la calle 12 e incluso más allá, pero de los miles de turistas que generan una ocupación del 92%, poco se nota.

Tampoco se ven más cuadrillas de trabajadores que la de Zofemat. Más al norte en el condohotel Taj, que se ubica en la calle 16 con playa, apenas si aumentan los esfuerzos de aquellos, y otro poco hace el hotel Porto Real para limpiar los arenales.

Al filo del mediodía, asoleados y con el olor a putrefacción metido en la nariz, los meseros toman un descanso y esperan que en el transcurso del día vengan otros turistas que les ayuden a superar los 70 pesos que ganaron el jueves y el miércoles como sueldo base, cuando no vendieron ni una cerveza y por ende no obtuvieron propinas.