Alejandro García/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- La migración del cangrejo azul (Cardisoma guanhumi) incrementa la posibilidad de mortandad en este crustáceo; sin embargo, la devastación del manglar ocasiona que año con año la cifra de cangrejos que cruza del manglar hacia el mar, para desovar, disminuya considerablemente.

La Dirección de Ecología ya inició con las pláticas para concienciar a la gente de los hoteles, así como a los planteles escolares, desde preescolar hasta bachillerato, indicó Norma Pérez García, directora del área de divulgación ecológica y educación ambiental.

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“Ha disminuido la cantidad de cangrejos que cruzan de los humedales a las costas, de cinco años para atrás eran cifras de 500 a 700 los que cruzábamos, independientemente de los que llegaban a cruzar solos, ahora esa cifra se ha reducido a 150 o 200”, expresó.

Como ya es una costumbre, la brigada se llevará a cabo de manera simultánea en cuatro sitios, playa del Niño, en Puerto Juárez; Las Perlas y Punta Nizuc, en la zona hotelera; y en el Malecón Tajamar.

“Debido a que se ha perdido gran parte del mangle es que no se registre una gran migración de cangrejos; ya iniciamos con pláticas como cada año, con empresas, hoteles e instituciones educativas, para promover el programa de protección al cangrejo azul y posteriormente ya tenemos programadas reuniones con Protección Civil y Policía Turística para tener el apoyo de ellos”, mencionó.

Cangrejo azul

La gente es muy participativa en estos eventos, y son los fines de semana es cuando más afluencia de gente apoyando se puede observar, indicó.

Aunque depende de la temporada de lluvias los puntos en donde más se observa el cruce del cangrejo azul a la altura de playa Las Perlas y en Malecón Tajamar.

El programa tiene el objetivo principal de ayudar a los crustáceos a continuar su ciclo de reproducción, evitando que sean atropellados por los autos o lesionados por sus depredadores naturales, al tratar de cruzar hacia el mar.

La migración de los cangrejos azules es anualmente  y son capaces de depositar, cada uno, la suma de tres mil huevecillos, en un ciclo de vida que alcanza como máximo dos años.