Angélica Gutiérrez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- A sus 10 años tuvo un amigo en redes sociales que después de tres meses de interactuar en el chat decidieron verse, tuvo miedo y le contó a su mamá que ya habían acordado un lugar para la cita. Ella la acompañó, pero la cita jamás llegó. Cuando intentó contactarlo de nuevo, la cuenta del supuesto chico ya estaba dada de baja. Esto es un caso de posible trata de personas y los indicios en el uso de redes sociales también quedan registrados en un estimado de 20 personas desaparecidas cada año en el estado.

De acuerdo con Rosalía Pedraza González, especialista en trata de personas del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), en promedio por cada 10 niños en Benito Juárez de 9 a 12 años de edad, 8  utilizan las redes sociales para comunicarse con sus compañeros sin supervisión, es por ello que se han creado programas para dar pláticas a los niños y prevenir que alguien los tome por sorpresa. 
    
También explicó que la trata de personas no sólo es de carácter sexual, pueden ser diversos factores, como el laboral, esclavitud o servidumbre sin goce de sueldo. Rosalía recordó que hace dos años se descubrieron casos de las mujeres que piden limosna en la calle, la mayoría cargaba un niño, pero siempre estaba dormido, porque lo mantenían drogados y no estorbaran con en el trabajo. Si alguno de los niños se moría antes de cumplir con las 8 horas reglamentarías, tenían que permanecer con el menor y luego los tratantes se lo cambiaban por otro. 

Hasta cuatro horas en internet

Un par de primos solían estar en Internet por más de tres a cuatro horas diarias, hasta que una de las mamás de los menores descubrió que su hijo tenía conversaciones extrañas con un tipo en una red social, al cuestionar a los niños sobre quién era esa persona, dijeron que lo habían contactado por esa vía y que nunca lo habían visto, la mamá reclamó al sujeto por chat quién era y qué quería y amenazó al sujeto con dar parte a las autoridades y en pocas horas la cuenta ya no existía, lo que presume que las intenciones de esa persona eran delictivas.