También se abaten las velas

Abatir se refiere a matar, aniquilar al enemigo... pero el subprocurador de Derechos Humanos de la Segob dice que no.

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El español tiene como destacada característica, además de su riqueza y giros verbales, ser polisémico, es decir, una palabra tiene varios significados según el contexto en que se emplee. Además, los periodistas lo usan cotidianamente en su más simple definición: sinónimos.

A esa polisemia hay que agregarle el sello que al lenguaje imprime cada profesión u oficio en lo que conocemos como terminología. Y dentro de ésta, una de las más ricas es la militar y naval. Traigo a colación lo anterior porque en días pasados el subprocurador de Derechos Humanos de la Segob, Roberto Campa, afirmó que en ningún diccionario la palabra abatir significa matar, en alusión al reclamo de que en Tlatlaya los soldados tenían orden de “abatir delincuentes en horas de oscuridad”.

En su intento de control de crisis, el señor Campa logró lo contrario, pues ya la CNDH pidió a la Sedena que precise esa frase contenida en la orden de mando recibida por el grupo militar involucrado en los hechos en que 22 civiles murieron a manos de elementos del Ejército. Por supuesto que abatir se refiere a matar, aniquilar al enemigo. Eso se responderá.

Más allá de si hubo exceso de uso de la fuerza por  los militares, lo preocupante es que un funcionario opine sin conocimiento de causa, pues seguramente Roberto Campa desconoce la terminología militar. Me pregunto si sabrá que rancho es la comida que se sirve en los cuarteles; que Diana no sólo es un nombre sino también un toque militar para levantar a las tropas, o que número se denomina a un efectivo de tropa.  

Y qué decir de la terminología náutica que es toda una lengua diferente sólo para iniciados en las artes marineras, algunos ejemplos: cacharro es un pocillo; paila, charola para la comida; sollado, dormitorio de la tripulación en los buques; muerto es un lastre para una boya; cuñete es una cubeta; los costados de un barco son bandas (estribor y babor), etc.

¡Ah!, y se me olvidaba, también las velas se abaten en un barco, y significa recogerlas, aferrarlas, bajarlas, ponerlas a son de mar.

Anexo “1”

Adiós al “Mazueta”

El pasado 3 de julio se arrió por última vez la Bandera Nacional del buque destructor “Comodoro Manuel Azueta”, con motivo de su baja del Servicio Activo de la Armada de México, luego de una travesía de 42 años en la que forjó el carácter y el espíritu de generaciones de marinos.

Metafóricamente podríamos decir que El “Mazueta”, como era conocido por los integrantes de la institución naval, "abatió sus velas" después miles de singladuras realizando funciones como buque escuela, vigilancia marítima, transporte de personal y equipo y salvaguarda de la vida humana en la mar. 

La ceremonia de su baja fue realizada en el puerto de Veracruz y estuvo encabezada por el secretario de Marina, almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, y el gobernador de Veracruz, Javier Duarte Ochoa. 

En mi travesía en la Armada, me tocó participar, en 1973 y recién egresado de la Escuela de Grumetes, en el desguace (desmantelamiento) del yate presidencial Sotavento, en el puerto de Acapulco. Por cierto, el extinto secretario de Marina Luis Carlos Ruano Angulo fue comandante de este yate de estilizada figura. 

El Sotavento fue adquirido en 1947 por el entonces presidente Miguel Alemán Valdés. Fue construido en Nueva Orleans. Medía 50.44 metros de eslora por 8.53 de manga. Tenía camarotes de lujo y estaba totalmente climatizado; las cubiertas principal y de superestructura estaban recubiertas de tracas (hilada de tablones de madera, como duelas).

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