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MÉRIDA, Yuc.- Platicando con los abuelos acerca de “valores humanos”, decíamos que parece ser que hoy día vivimos una crisis de valores.

Claramente notable, cuando escuchamos hablar a mucha gente -inclusive abuelas  y abuelos- que decimos que “da lo mismo hacer el bien que hacer el mal”. Y peor aún, estamos convencidos de que “si somos honestos, fracasamos”. Lo anterior se resume magistralmente en la cada día más popular frase del mexicano, “el que no tranza, no avanza”. Definitivo, la bolsa mexicana de valores “humanos”, está a la baja.

Los abuelos insistían que sería importante definir qué son los “valores humanos”para entenderlos lo mejor posible. Al respecto comentamos:

“Valores humanos son características morales universales propias de la persona, que perfeccionan a quien las posee y practica cotidianamente”, es decir:

1.- Son características morales, porque son normativos e interiores. Los valores no pueden verse ni entenderse, sino a través de nuestras palabras y, sobre todo, a través de nuestros comportamientos y acciones cotidianas inspiradas por esos mismos valores.

2.- Son universales, porque son válidos para todas las personas, sin importar edad, raza, condición social, religión o el lugar y tiempo que nos toque vivir. Siempre y en todo lugar los valores serán vigentes y los mismos para todos.

3.- Nos perfeccionan, porque cuando los practicamos todos los días, sobre todo en circunstancias adversas o difíciles, nos hacen ser mejores personas. Perfeccionan nuestra personalidad.

4.- Los valores no se inventan, los descubrimos con nuestra inteligencia dentro de nosotros mismos y en los demás; los adoptamos y los ponemos en práctica con nuestra voluntad de manera libre.

En conclusión, los abuelos jugamos un papel clave en la promoción de valores. Practicarlos todos los días, nos da la oportunidad que con nuestro ejemplo, ayudemos a los demás a descubrir que no es lo mismo vivir en la verdad que en la mentira; que no es lo mismo ser honesto que ser deshonesto; que no es lo mismo perdonar que vivir lleno de rencor y así, muy posiblemente, nos convertiremos en personas claves en la felicidad de muchos de los que nos rodean.- Antonio Alonzo Ruiz,  Psicoestimulación y psicoterapia. [email protected].