|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Los proyectos son la tendencia organizacional en la búsqueda de objetivos de gran alcance; el aprovechamiento de aquellos elementos materiales y humanos para multiplicar el desarrollo basado en las necesidades planteadas a priori.

La integración de sinergias, esfuerzos, voluntades y conciencias son necesarios en la aplicación de procesos, es decir, si todos aportamos lo que somos, sin sesgos y sin apasionamientos, los resultados se verán reflejados en una comunidad cada vez más fortalecida en la calidad de vida de sus habitantes.

Vivimos en una tierra de oportunidades y riqueza geográfica, rodeados de una naturaleza que nos envuelve y nos alimenta. Tenemos muy cerca áreas de playas, manglares, rías, zonas arqueológicas de prestigio mundial.

Estos elementos nos han otorgado durante décadas, la posibilidad de explotar el sector turismo en sus diversas ramificaciones: el de sol y playa, el de segunda residencia, el de cruceros, el de bajo impacto ambiental y el médico, entre otros.

Hablando específicamente de la zona costera, ante el agotamiento y sobre-explotación de la pesca, el turismo ha observado una curva ascendente, según datos del Inegi, el empleo en el sector turismo pasó del 10.4% en 1989, a 25.7% en el año 2004, incrementándose también la productividad en un 19.4% y el capital en 9.3%.

Estas cifras muestran una traslación de población económicamente activa. La pesca ha dejado de ser una actividad redituable, por lo que han tenido que encontrar nuevos nichos de ocupación remunerada.

La inversión turística ha sido, tradicionalmente, de carácter regional, en donde cada uno de los trece municipios costeros eroga de sus partidas asignadas un porcentaje importante para apoyar proyectos de su propia población.

Por ejemplo, en 2004, la inversión estatal del turismo fue del 2.2% de su total presupuestal, mientras que Dzilam de Bravo aportó el 31% de sus ingresos, 27% Sinanché y 10% Celestún, Progreso y Telchac Puerto.

La infraestructura más importante de la costa de Yucatán son las casas de veraniego, cuantificadas por el Inegi en el año 2005, en un total de 9,500 (aunque esa cifra seguramente ya aumentó). De ellas, 79% se ubican en el corredor Chuburná-Telchac Puerto.

Existe también una escasez en infraestructura de playa adecuadas como balnearios, y solo San Felipe, Progreso, Sisal y Chabihau cuentan con palapas para sus visitantes y turistas. Como oferta hotelera, solo cuatro municipios tienen cuartos disponibles, la mayoría de dos y tres estrellas.

Si bien un desarrollo exponencial en infraestructura hotelera traería aparejadas diversas problemáticas como la disposición de los residuos que generen, considero que se pudieran encontrar soluciones eco-turísticas al respecto.

En definitiva, el Estado, la federación y los municipios deben trabajar en un proyecto costero que produzca oportunidades de crecimiento a la población, pero que al mismo tiempo sea responsable con el medio ambiente.

El marco legal, así como la vigilancia y la supervisión de sus procesos tienen que prevalecer, ya que tampoco podemos sobreexplotar la naturaleza en aras del progreso, a esto me refiero con el concepto de desarrollo sustentable.

Estoy segura que es factible integrar un corredor costero turístico en donde los municipios, como núcleos individuales, puedan aportar diversas opciones culturales, gastronómicas y de sano esparcimiento no solamente a las familias originarias del Estado sino a todo el resto del país y del mundo.

*Maestra en Derecho y Doctorante por la Anáhuac Mayab

Lo más leído

skeleton





skeleton