Manuel Pool/SIPSE
PROGRESO, Yuc.- El Viernes Santo reunió a más de 70 mil visitantes en las playas del municipio de Progreso, desde Chuburná a Chicxulub Puerto. Unos 40 mil paseantes permanecieron en la cabecera municipal, y de éstos, 15 mil se ubicaron en la zona del malecón, que a partir del mediodía lució abarrotado.

En la terminal de camiones se incrementó, de 15 a 32, el número de unidades para dar el servicio hacia el puerto, de tal modo que cada camión salía cada tres minutos, con cupo completo.  

En el municipio, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) registró la entrada de 35 vehículos por minuto, cantidad que se mantuvo constante a partir de las 10 horas y hasta poco después de las 17 horas, cuando en la carretera se notaba el retorno a Mérida.

Hasta esos momentos se reportaba saldo blanco en cuanto a hechos de tránsito y lesionados, y las corporaciones policiacas, estatal y municipal, comenzaban a implementar el operativo alcoholímetro de manera coordinada con la Secretaría de Salud del Estado (SSE).

A lo largo de la jornada el sol brilló con intensidad y  por momentos  se sintió una fresca brisa del Norte;  grupos de visitantes nacionales y extranjeros disfrutaron de los camastros y  de tenderse con sólo toallas sobre la arena, mientras que los vendedores de diversos productos recorrían la zona de palapas con la ilusión de vender algo.

En los alrededores del monumento a Juan Miguel Castro, se instaló el stand de una compañía de artículos de higiene personal y limpieza, el cual obsequió  a mujeres mayores de edad, muestras de jabones y shampoo, de tal modo que se formaron largas filas. 

Asimismo, promotoras de una compañía cervecera deleitaron al público con su animosidad y sus habilidades dancísticas, mientras que el animador invitaba a los espectadores a participar en juegos para llevarse un premio. 

Debido a la cantidad de vacacionistas, muchas personas comparaban encontrar un espacio para estacionarse con sacarse la lotería.

Por la tarde, en Chicxulub, la afluencia de bañistas era poca; sin embargo, a las puertas de algunos restaurantes había hasta cola para obtener una mesa y disfrutar de platillos del mar.