Cottolengo, un año más de ofrecer ayuda a enfermos

Desde su fundación más de siete mil enfermos se han recuperado en este albergue.

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El Cottolengo se ubica en el Periférico Oriente, a unos metros de la salida a carretera a Motul. (José Acosta/SIPSE)
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William Sierra/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Un alcohólico y drogadicto es algo así como un "terrorista social"; pero en vez de verlos como algo dañino debemos extenderle la mano para que salga de ahí, tal y cómo lo ha hecho en los últimos 32 años el Albergue Cottolengo, que dirigido por su fundador, el Pbro. Raúl Ignacio Kemp Lozano, celebrará el 8 de octubre próximo un aniversario más.

Para ese día se espera la presencia de varios ex alumnos, como les llama el sacerdote, que orgulloso menciona que en estas poco más de tres décadas ya fueron atendidas unas siete mil personas.

“El alcohólico y drogadicto es un terrorista social, pues destruye lo que está en su entorno”, explica el padre Kemp Lozano, quien el 9 de julio cumplió 56 años de ordenación sacerdotal, de los cuales prácticamente toda esa vida se ha dedicado a la labor social.

“Desde que estaba en el Seminario mi idea era trabajar para el pueblo, lo que siendo estudiante tuve oportunidad de hacer. Estar con la gente, ir a los ranchos, ayudarlos, todo eso alentaba más mis deseos de ser sacerdote”, recuerda. “Para mí ser sacerdote era la manera de desarrollar las inquietudes que tenía”.

El Padre Ignacio Kemp Lozano.

Apoyan en las labores de la institución las religiosas Silvia Bermea, Magdalena García, Mercedes García, María Jesús Tenorio, Rosalía Díaz Corona, Alegría Uribe y Guadalupe Tovar, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

Recibidos de todos los lugares 

Aunque oficialmente el 23 de septiembre fue el aniversario, Cottolengo, acostumbra celebrarlo en octubre.

De acuerdo con los archivos en estos 32 años ya pasaron 7 mil 856 alcohólicos y drogadictos, incluso de otros países y estados. Actualmente hay un centenar de personas que aprovechan este servicio.

“Como se puede ver no hay cercas, cada quien está por voluntad propia. La terapia ocupacional es la que los ayuda afrontar sus problemas y salir adelante”, dice el padre, y subraya que a los dos meses de estar en Cottolengo las personas comienzan a ver resultados.

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