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Mérida, Yuc.- El juez de control Rómulo Antonio Bonilla Castañeda emitió la mañana de ayer una orden de aprehensión en contra de los implicados en la ejecución del taxista de Uber Néstor Mariano Marín Zapata: el capitalino Vidal P. F. y la tabasqueña M. R.

La mujer fue detenida desde el jueves de la semana pasada por elementos de la Policía Estatal de Investigación (PEI), por un delito contra la salud y la mantienen bajo custodia en una casa de seguridad.

El sujeto se dio a la fuga y se encuentra en su tierra, donde se espera capturarlo por parte de los agentes de la PEI, que son los únicos que ejecutan las órdenes de aprehensión con el Nuevo Sistema de Justicia Penal.

De esta forma, se confirma que Marín Zapata fue ejecutado por problemas derivados en el pago de droga.

La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) difundió un video en el que se muestra cómo el chofer de Uber había acudido la noche del 14 de marzo a un edificio del fraccionamiento Altabrisa (una torre de departamentos), donde Vidal P.F. alquilaba una oficina.

En el video –como publicamos ayer- se le ve llegar al ahora occiso a bordo del vehículo Versa en el que prestaba sus servicios en la plataforma Uber y entrar al edificio de oficinas, atravesando el lobby.

En la madrugada del día siguiente se ve salir a la mujer, Mabel R., arrastrando afuera del elevador una maleta semejante en la cual apareció el cadáver.

Cabe mencionar que el ahora occiso pesaba alrededor de 80 kilos y media 1.75 metros, por lo que la mujer no pudo haber sacado tan fácilmente el cuerpo, por lo que arrastró la maleta que cuenta con rueditas. Incluso, su acompañante y hasta ahora prófugo, llevaba una silla, según se aprecia en el video.

Después se le ve partir en una camioneta Trax.

Se cree que habían sedado a su víctima y por eso es que lo mantuvieron privado de su libertad más de 36 horas, hasta que lo ejecutaron y abandonaron su cadáver en un basurero de Chuburná Puerto.

El móvil supuestamente fue el cobro de una deuda ($20 mil) por la venta de drogas, ya que el hoy occiso era “tirador”, pero se había quedado con el dinero de la venta de los estupefacientes y no le había pagado a su “proveedora”, la mujer tabasqueña, debido a que estaba muy “enredado” económicamente porque era jugador, pues frecuentaba casinos del norte de la ciudad.