Coral Díaz/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- El papel del cirujano coloproctólogo se ha vuelto preponderante ante los casos de padecimientos del colon y recto, en los que hasta 10 por ciento de los pacientes llegan en etapas avanzadas debido a un descuido o mal diagnóstico y se les tiene que realizar una intervención quirúrgica. 

Miguel Blas Franco, vicepresidente del Colegio Mexicano de Especialistas en Coloproctología, señaló que cuando se tiene el diagnóstico certero lo demás es más sencillo, ya que en la actualidad las guías de tratamiento son muy fáciles de llevar.

“Sin embargo, el establecer un diagnóstico certero de un paciente con enfermedad inflamatoria intestinal, como la colitis ulcerosa inespecífica o la enfermedad de Crohn, es un reto mayor para el cirujano, porque el diagnóstico no engloba lo clínico, endoscópico, serológico, bioquímico, radiológico, histológico y nutricional, siete aspectos, los cuales cada uno incluye al menos 25 puntos que evaluar”, apuntó.

De esta manera, con base en las características que se tengan de más de 175 puntos se puede establecer si el paciente requiere primero un tratamiento médico y luego quirúrgico o viceversa.

Por ejemplo, indicó que los pacientes que tienen sepsis pélvica, se tiene que analizar si primero tiene que ser llevado al quirófano para ser drenados y después darle tratamiento médico o en su defecto estabilizarlo primero para después realizarle la cirugía.