Por fin llegó la hora de las definiciones en el panismo local para empezar a trabajar en torno a las candidaturas y que tirios y troyanos se embarquen en sus puestos listos para la batalla final.

Ese es el mensaje que los panistas le dieron a Mauricio Vila anteanoche, durante una reunión con más de 2,500 militantes, que con el aplausómetro exigieron que asuma su liderazgo como factor de unidad para empezar los trabajos preliminares a la presencia en calles, colonias y comisarías de Mérida. El alcalde Vila tiene que mandar mensajes de que los chantajes de la mancuerna Paz-Barrera no lo pegan a la pared, pero tampoco funcionan los cantos de sirena de su asesor Roger Torres, cuya estrategia es la de traicionar. A Torres le ha ido bien con esos modos, pero no creo que a Mauricio Vila le funcionen.

Que se defina. Que ya diga qué quiere hacer y que cada uno de los liderazgos vayan cuadrando sus simpatías, sus coordinadores, sus operadores y también sus chequeras. Porque los que más cometen pifias son los seguidores de la alianza de Renán Barrera y el regidor Mauricio Díaz. A esta dupla en el PAN la señalan como autora material de los panfletos que salen a tirar en la calle para intentar desprestigiar a Cecilia Patrón Laviada, a la que ya victimizaron ante los panistas y el resultado fue que en el pasado informe fue la más ovacionada. La militancia no ignora que los golpes a Cecilia tienen el consentimiento de Raúl Paz.

En el Juego de Tronos panista, para nadie pasó inadvertido que el aplauso al alcalde meridano y el de cortesía a Renán Barrera fue la señal para que cada uno de los reinos se ponga de acuerdo de una vez antes de la llegada del invierno electoral, ese espacio creado por el INE que frenará a tantos faroles panistas de bajo nivel. En el caso de los juegos mayores, al menos para buscar la primera fórmula al Senado ya se apuntaron los diputados federales Kathia Bolio y Joaquín Díaz Mena, quien le quiere disputar ese lugar a Paz.

En el fragor de los aplausos, Cecilia Patrón no pasó desapercibida. Y aunque no estaba en el presidium, los militantes dieron su veredicto. No más discusiones estériles sobre el método de elección, más y mejor apoyo a los comités municipales y hacer sentir la fuerza panista de Yucatán ante las instancias nacionales que ningunearon el tema de los moches.

Este lunes 28, Mauricio Vila tendrá la oportunidad para frenar esa costumbre panista de crear células, que, como un cáncer, se van comiendo unas a otras y vislumbrar el rumbo que definirá el destino del panismo.