¡Piensa bien y acertarás!
El pensamiento es la actividad y creación de la mente, y existe mediante la actividad del intelecto.
Los pensamientos positivos transforman y construyen un mundo mejor.- Anónimo
El pensamiento es la actividad y creación de la mente, y existe mediante la actividad del intelecto. Hay una diversidad muy amplia de pensamientos: abstractos, racionales, creativos, estéticos, positivos, negativos, catastróficos, optimistas, etc.
Es verdad la afirmación: “Eres lo que piensas”, ya que la calidad de nuestros pensamientos, tarde o temprano, se hace presente mediante palabras, comportamiento y a través de gestos, expresiones del rostro, ademanes y actitudes. La acción proviene del pensamiento, por eso, lo que pensamos, sentimos y decimos se manifiesta como vivencia. Los pensamientos buenos y positivos nos llevan a acciones buenas y constructivas.
Cuidemos y escojamos los pensamientos que nos benefician evitando los inútiles o dañinos. Los “inútiles” son los que se refieren al pasado: “Si hubiera dicho… o hecho…”, o cuando especulamos mucho acerca del futuro: “¿Y si…?”, pues, aunque dichos pensamientos no son negativos, nos desgastan.
Los pensamientos negativos son dañinos, especialmente, para nosotros mismos e impactan en los demás ocasionando pérdida de armonía y fuerza interior y malogran lo bueno que queremos, pues se basan en mezquindad, desacuerdos, envidia, celos, crítica destructiva, etc., envenenando mente y ambiente.
Los pensamientos positivos son los únicos que nos dan fuerza interior y bienestar. Pensar positivamente no es ignorar la realidad o pretender ser quien no se es. Se ven las dificultades, pero se encuentran maneras de superarlas con creatividad, tolerancia, paciencia y sentido común.
Es fácil ser pesimista y también lo es ser optimista. Hay que ser cuidadosos y reflexivos si queremos ser realistas y seguir adelante con empeño e inteligencia para lograr lo que queremos.
Quien piensa positivamente encuentra los puntos buenos y le apuesta a las cualidades y potencialidades propias y de las otras personas. Hay que sumar y no restar ni dividir.
¡Ánimo! hay que aprender a vivir.