El encuentro

Cuando brindamos encuentros seguros, enseñamos que la intimidad psicológica y el compromiso personal no se deben temer.

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Cuando brindamos encuentros seguros, enseñamos que la intimidad psicológica y el compromiso personal no se deben temer.- Dorothy Corkille, psicóloga

Carl Rogers dice: “La persona es valiosa por sí misma, independientemente de los accidentes (edad, raza, nivel económico, estado civil, nombre y nacionalidad) es digna de respeto, capaz de elecciones autónomas... es alguien en evolución”.

Un buen encuentro humano se da con la “presencia real” de los participantes, la confianza mutua, la aceptación del otro como persona; con comprensión empática, congruencia entre el interior de la persona y lo que expresa, sin juicios y con libertad para sentir las emociones y sentimientos que aparezcan.

La “presencia real” es básica porque en muchos encuentros se da la presencia física sin intimidad. Siempre es más importante la calidad del encuentro que la cantidad o duración del mismo. Cuando hay calidad, hay intimidad, que es atención, entrega y donación sin reserva. Es mejor decir: “No puedo atenderte, realmente, ahora” que fingir que se está con la otra persona.

La confianza es importante para un encuentro auténtico. Se construye al no enviar mensajes cruzados como: “Me siento bien”, pero con cara de preocupación. Compartir con honestidad emociones y sentimientos, inclusive conflictivos como: rabia, molestia, decepción, etc. Cuando hay aceptación es porque se aprecia el valor incondicional del ser humano. “Rechazar la conducta mas no a la persona”. Se puede aprender a separar a la persona de su conducta. Los juicios son una amenaza para el encuentro porque la persona juzgada piensa que su valía como ser humano sube y baja según se comporte.

La empatía es comprender al otro desde su punto de vista. No es coincidir o discrepar sino comprender, sin juicios. Se logra, teniendo fe en la capacidad de los demás para autodirigirse.

Es acercarse con respeto a conocer el misterio que es la otra persona. Brindemos encuentros reales, seguros, honestos, congruentes y empáticos.

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

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