La sordera del SAT

La nueva versión de facturación 3.3 es difícil de implementar.

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Cuando los directivos del SAT dieron a conocer la nueva versión de facturación nos dijeron que van a solucionar la falta de información que tenían antes y ahora sí van a poder auditar mejor y cruzar información para detectar evasión fiscal; los beneficios serían una recaudación mayor que le serviría a México.

Pero habría otros beneficios, como, por ejemplo, no estar fuera de la ley si no cumples y otros más: ya no tendrás que hacer tu declaración anual, porque van a poder hacerla por ti. Las pymes no quieren tener problemas con Hacienda, pero llega un punto en que la informalidad es la única opción cuando una medida no se puede implementar.

Me explico: ahora las empresas pagan impuestos provisionales por ventas no por lo cobrado; la petición es facturar no sólo las ventas sino los pagos de las mismas a través de avisos a Hacienda (Cfdi), o sea el flujo de efectivo de la empresa. Como decimos los contadores: ahora timbramos las ventas y los gastos, pero además se van a timbrar los cobros y los pagos. Mas no solamente esto, los campos tendrán que decir: proveedor o cliente, cantidad y unidad de medida, lo que significa que se podrán ahora conocer hasta tus inventarios. Es decir, la empresa al desnudo total.

Lo interesante de esto es que ni Canadá, Estados Unidos, Inglaterra o Francia tienen esa sofisticación tan exhaustiva; de hecho, me decían en Estados Unidos unos contadores que no creen que haya esta complejidad, lo que sí saben es que somos el país más impráctico en materia de pago de impuestos en el mundo. Deseable es que hubiera un SAT en gasto público federal y estatal que otorgue legitimidad y total transparencia al gasto de la administración pública. Aunque en materia federal ya sé que hay recientes métodos de auditoría en tiempo real.

Las pymes que venden a crédito no tienen ni los sistemas ni el personal para esculcar en cada depósito qué cantidad es de cada factura, ni para hacer una factura de cada anticipo y cuando te paguen tener que cancelar anticipos. Requieren de una persona dedicada solamente a estos cambios y si tu empresa es muy chica hacer esta tarea requerirá que tengas una computadora y si tienes despacho tendrás que contratar más personal para hacerlo diario. ¿Quién lo pagará? Qué triste.

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