Alejandro Gómez/SIPSE 

Mérida, Yuc.- Aprovechando el clima caluroso que ha favorecido en los últimos días al estado, me animé a visitar Progreso y caminar por su bello malecón y lo hice pensando tal vez en comer una orden de pescado frito bien dorado; sin embargo, al llegar a la entrada del puerto decidí desviarme y pasar algunos minutos en la reserva natural más famosa del vecino puerto, me refiero a El Corchito.

Al llegar pude notar muchas mejoras, comenzando por el amplio estacionamiento, el precio de acceso para adultos es de 35 pesos y con el pago tendrás garantizado el cruce de ida y vuelta hasta la reserva. Otra de las cosas que han cambiado es que ahora ya no te permiten el ingreso de alimentos y bebidas, pues, hasta hace algún tiempo, la gente podía organizar un picnic con la familia y amigos y así aprovechar al máximo las instalaciones de la reserva, sin embargo ahora esto no es posible, ya que esta medida fue implementada con la intención de no alimentar a los mapaches que ahí habitan.

Las personas que llegan a El Corchito en su mayoría son familias que deciden pasar algunas horas refrescándose en alguno de sus cenotes; en mi caso, el primero a elegir fue el cenote Pájaros, uno de los más cristalinos, pues se encuentra al final de la reserva y por su profundidad son pocas las personas que se animan a entrar. El segundo cenote se llama El Corchito, este aún más profundo, incluso quienes quieran entrar tendrán que ayudarse de una soga bastante babosa.

Actualmente la reserva se conserva bastante limpia, se respira tranquilidad e invita a volver a cualquiera que la visite. Continuaré mis bitácoras de viaje y dejaré que mi espíritu aventurero logre contagiarte.