Esa gran patria común (y 2)

La mayoría de los hondureños ven a nuestro país como el hermano mayor.

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Seguimos el ejercicio comparativo entre México y Honduras. Ambas son repúblicas democráticas y representativas, la diferencia es que en México constitucionalmente somos un país federal (aunque funcionemos como centralista) y ellos son un Estado unitario aunque su Constitución no lo determine expresamente así.

Los catrachos tienen dos ciudades diferentes que fungen constitucionalmente como su capital: Tegucigalpa y Comayagüela. En México, es la gran ciudad azteca la que funge con esa característica. Hoy es una entidad federativa más. La extensión territorial de Honduras es equivalente a dos estados de la república mexicana: Yucatán y Campeche.

En Honduras nadie discute sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, la propia Constitución no sólo no lo contempla, sino, por el contrario, lo prohíbe expresamente.

La conciencia política y geográfica de los hondureños de pertenecer a Centroamérica no la tenemos los mexicanos de pertenecer a alguna región, sobre todo en los últimos meses; después del inesperado triunfo de Donald Trump, ya no sabemos los mexicanos si pertenecemos a América del Norte o seguimos vinculados con América Latina.

En fin, la mayoría de los hondureños ven a nuestro país como el hermano mayor. Incluso en cuestiones negativas como en el narcotráfico. Los capos más importantes, en voz de los hondureños, son los mexicanos. Las historias de las fugas del Chapo son conocidas y recordadas por esos lares. Los narcos hondureños son simples empleados de sus homólogos mexicanos.
En México, después de la patada que nos ha dado Trump, ahora sí miramos hacia el sur, nosotros que en los últimos años soñábamos con el norte; teníamos la esperanza de hacer realidad el gran sueño americano, que parece se nos ha diluido, se nos convertido en humo.

Por cierto, Honduras tiene uno de los aeropuertos más peligrosos del mundo, el de Toncontin en Tegucigalpa, al lado de las montañas. Sobrevivir a él es todo un reto.

México y Honduras son parte de la gran patria común que el poeta cubano José Martí llamara nuestra América.

 

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