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Siguiendo con el tema del agua, lo cierto es que el problema no es sólo en relación con las aguas residuales del espacio urbano, sino en todas sus modalidades y en todos sus procesos; por ejemplo, vivimos en una ciudad en la que desafortunadamente no existe un diseño vial adosado a un manejo adecuado de las aguas de lluvia, una ciudad y un estado sin procesos seguros y adecuados de potabilización del agua que se distribuye para el consumo humano.

Siempre recuerdo que, hace ya más de 40 años, cada vez que me veía con el Dr. Arciniegas, representante de la Oficina Sanitaria Panamericana en México, me decía: “Humberto, dile a tus paisanos que le bajen, ya que otra vez Mérida es reconocida como la ciudad latinoamericana con la mejor agua potable”, condición que hoy día está en el extremo opuesto, el de una ciudad con una calidad de agua simplemente desinfectada, con un sistema que tiene el mayor número de redes autónomas, más de 60, abasteciendo cada una a pequeños espacios de la superficie urbana, con calidad muy cuestionable.

Y con ausencia de un manejo adecuado del agua en todos sus aspectos que está poniendo en riesgo la condición especial de nuestro estado, con un enorme acuífero subterráneo el cual estamos contaminando con todos los usos del agua, tanto industriales, como porcícolas, agrícolas y urbanos, en todas sus modalidades, lo que nos está acercando al momento en el cual habrá que tomar medidas de urgencia.

Hace ya casi 60 años, cuando se decidió atender la solicitud de los médicos que señalaban la necesidad de asegurar el suministro de agua potable a todos los yucatecos, se debió resolver el manejo de las aguas residuales, pero no se hizo nada, manteniendo la ausencia de una adecuada normativa en la materia.

Somos una región privilegiada, pero tenemos que entender que debemos de proteger nuestro estratégico acuífero subterráneo, asumiendo todos el compromiso del buen manejo de las aguas residuales, así como la reducción de los volúmenes de consumo. Si seguimos esperando que otros hagan suyo este compromiso a lo mejor nos insertamos en problemas de salud prevenibles, pero que pareciera no nos preocupan. El agua es vida, pero puede convertirse en todo lo contrario.

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