La semana pasada tuvimos en Mérida la reunión de ciudades mexicanas en torno al Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano, evento que me permitió remembrar más de catorce reuniones en las que estuve presente, habiendo incluso participado como expositor en la aplicación de talleres de planeación estratégica en más de diez ciudades en diferentes países. En una de las mesas de trabajo se hizo un ejercicio de construcción de frases a partir de particiones distribuidas entre los asistentes y la que me tocó fue otra gran remembranza: “La acupuntura urbana puede hacer urbanismo de alto impacto y bajo costo”; y me trajo a flor de piel muchos de los proyectos en los que he participado.

Como bien dice Jaime Lerner, la ciudad no es el problema sino la solución; y es que la acupuntura urbana se enfoca a desarrollar pequeñas y sutiles intervenciones, que aprovechan y dirigen la energía de la propia comunidad de una manera positiva para sanar el deterioro y mejorar el paisaje urbano. Sus propuestas están pensadas como alternativas inmediatas a las macro-intervenciones urbanas, hechas desde arriba, que normalmente requieren fuertes inversiones, con resultados que pueden no traer los beneficios correspondientes.

Y es que en la acupuntura urbana lo importante es que la acción, el pinchazo, sea rápido y de bajo costo, ya que en la acupuntura la aguja no se introduce con presiones lentas y dolorosas, porque lo que se busca es rapidez y precisión, concepto que, al aplicarlo a las ciudades, consiste en actuar en zonas de deterioro, es decir, enfermas y realizar intervenciones puntuales, especialmente en los espacios públicos, para revitalizar y equilibrar las necesidades de los ciudadanos, consolidando la convivencia y la calidad de vida.

Ya no es posible pensar que donde debemos actuar es en el modelo de desmesurado crecimiento, con sus grandes consumos de suelo, degradantes de la riqueza medio ambiental; lo que tenemos que hacer es mantener una mirada introspectiva a nuestra ciudad para conocer y entender su realidad, y definir acciones puntuales acordadas con la sociedad para mejorar la calidad de la ciudad y ofrecer un respiro a la población urbana de un modo democrático y económico.