“Vida”, de Elías Hernández

De qué hablan los nuevos escritores de Yucatán? En esta columna compartiré textos de compañeros que están formando la nueva literatura yucateca.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

¿De qué hablan los nuevos escritores de Yucatán? En esta columna compartiré textos de compañeros que están formando la nueva literatura yucateca. Ahora traigo aquí un fragmento de “Vida” de Elías Hernández:

“Imagínate poder ofrecer un producto que sí calme el dolor espiritual del consumidor. Un producto que instale tranquilidad en los simulacros de conversación actuales y los expanda hasta fronteras desconocidas. Imagina traducir el lenguaje binario en realidades sensoriales capaces de transformar la percepción humana. Imagínate encontrar la forma de reparar la muerte y ponerle código de barras. Yo lo hice.

Fue una idea que rasgó en miles de micropartículas el concepto de lo efímero, de la desintegración biológica que impide el scrolling permanente de la vida. Exploré por primera vez nuevas dimensiones monetarias de la muerte. Logré que todos los nuevos nómadas invirtieran el doble de su tiempo y dinero, antes destinado a funerales en viajar, cultivarse y seguir buscando la felicidad. Básicamente reactivé un decadente modelo de mercado y no sabes cuántos dueños de corporativos quisieron bajarme los pantalones al ver sus ganancias triplicadas. Para desarrollar este proyecto necesitaba aventurarme al paraíso de los profesionales emergentes: el fértil suelo de las universidades privadas, ávidas de vanguardismo laboral. Pasé de largo por los desiertos alejados de la mano del Dioscompetencia (las facultades de artes, sociales y humanidades). Ignoré las bocas sedientas y hambrientas de los últimos que mamaban de la ya chupada ubre de las becas de los Centros de Investigación y el presupuesto de Cultura. Me dirigí al futuro: “Fulanito de tal, community mánager”, rezaban los currículums que construían una mancha urbana llena de rascacielos en mi escritorio.

Creé una fanpage en la red social de Zuckerberg. La signifiqué con las aspiraciones accesorias de nuestro tiempo: #amor, solidari-like, meme-familia, en fin, esos sentimientos que unen a las ciber-masas…”.

El texto entero en: eantabus.com.

Lo más leído

skeleton





skeleton