"Octubre en la conciencia y la nostalgia"

En octubre se conmemoran días mundiales como el de la Artritis Reumatoide, el pasado 12, y del Cáncer de Mama, hoy.

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En octubre se conmemoran días mundiales como el de la Artritis Reumatoide, el pasado 12, y del Cáncer de Mama, hoy. Recordamos lastimosamente el número cabalgante de víctimas que llegan tarde con el especialista y nos obligan a reflexionar sobre el compromiso que como sociedad tenemos para acotar el flagelo y hacer conciencia de su vigente realidad. El lunes 23 es Día del Médico, y contrariamente a lo que muchos podrían pensar, lo que ahora menos existe son festejos y reuniones.

¿Pero qué me han dejado tantos años de experiencia? Te diré que los triunfos han dominado sobre los sinsabores, obstáculos superados, diagnósticos acertados que han salvado muchas vidas, largas noches de estudio buscando la excelencia, pacientes agradecidos -otros no tanto y es lógico, sólo un ser divino es infalible-. Los doctores somos seres humanos, con virtudes y defectos, que en la vorágine del mundo actual ven satanizada su profesión por carroñeros sin escrúpulos que, con cantos de sirena, desvirtúan y tuercen el honesto actuar del servidor en salud.

Tengo fresco en la memoria pasaje inolvidable de mi vida profesional, cuando mi primera paciente, víctima de enfermedad reumática, acudía con un servidor; su semblante acongojado y triste pero lleno de esperanza daba sentido al conocimiento adquirido durante mi formación como especialista. Ese día, arrancaba mi trabajo de alfarero del victimado con poder transformador.

En contraposición a lo que muchos piensan, servir al doliente, allende prescribirle medicamentos, es entregarlo todo. Recordemos el bello pasaje del poema de Juan de Dios Peza, Reír llorando: Si se muere la fe, si huye la calma, si sólo abrojos nuestra planta pisa, lanza a la faz la tempestad del alma, un relámpago triste, la sonrisa. Sí señores, sonreír sin importar las malas noches, el cansancio, los problemas personales e impredecibles.

Cuántas veces con ejemplos de vida nos damos cuenta de que si bien la mayoría del tiempo nos encargamos de devolver la salud a los enfermos, ellos mismos a través de sus relatos se convierten en médicos que transforman nuestras mentes. ¿Acaso agradecemos a la vida el privilegio de poder escuchar y aquilatar tanta sabiduría del paciente? No tires en saco roto lo que en bandeja de plata se te ofrece.

Finalizo con otro pasaje de Reír llorando: El carnaval del mundo engaña tanto, que la vida son breves mascaradas, aquí aprendemos a reír con llanto y también a llorar con carcajadas. Felicidades a mis compañeros médicos.

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