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 Diana Puga Pérez/SIPSE

¿Por qué las personas deseamos con tanto ahínco algo que no podemos tener?

Muchas veces en la vida nos hemos encontrado deseando a personas que no podemos poseer o con ideas que, por alguna razón, no podemos llevar al cabo, nos encontramos anhelando sueños que no podemos cumplir y recuerdos que deseamos revivir. Muchas veces, estando en un sitio, deseamos con todo el ahínco estar en alguno otro, tal vez estar en la ciudad más bonita del mundo o simplemente en un lugar que nos haga vivir y pensar nuestros momentos favoritos.

Algunas veces, la gente nos dice que no debemos pasarnos la vida deseando, sino que debemos disfrutar lo que tenemos, y tal vez tiene razón, pero hoy estoy aquí cuando desearía estar en la ciudad más bonita del mundo, en esa ciudad donde las luces nunca hacen falta y los rascacielos están por todos lados, me gustaría estar ahí, haciendo lo que más me gusta y con las personas que más quiero.

Pero no puedo, al menos no en este momento.

Tal vez porque no es la vida que está preparada para mí, o simplemente porque aún no es tiempo.

Podría pasarme el día hablando y diciendo que todo esto de la vida no ha sido lo que espero, pero no lo haré, porque, a pesar de todo, muchos de mis días han sido preciosos.

Muchos días se han desenvuelto en distintas ciudades, he podido ver el atardecer en el Coliseo de Roma y he navegado en las aguas de Venecia, me he desvelado en Nueva York, he visto la nieve caer en los cielos de Denver y el agua presentarse en las Cataratas del Niágara, he probado la comida más rica y conocido a la gente más cálida en los suelos de México, he visto unos curiosos zapatos en Holanda y he admirado la Torre Eiffel iluminar el oscuro cielo, he caminado por el gran puente de San Francisco y visto el mejor beisbol del mundo en el país de las barras y las estrellas.

He viajado por el mundo real y he viajado por los mundos imaginarios de miles de autores, he comido, he caminado por lugares hermosos y he conocido gente única. Eso he hecho de mis días, por eso no me quejo, por eso, a pesar de que las cosas no han salido tal y como se habían planeado, estoy enamorada de mi vida y de mis días, de las personas que están en ella, pero también espero con ansias las nuevas compañías y todos aquellos lugares que me hacen falta por visitar.

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