Discernir: Distinguir algo de otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas. Comúnmente se refiere a operaciones del ánimo (RAE)

Diferenciar.- Diferenciar entre aquello que me sirve y lo que no me sirve parece una tarea fácil; es más, tomar esa decisión ni siquiera podría considerarse una tarea, ya que de una u otra manera por razones muy diversas y sin pensar, en estos casos simplemente sin mayor análisis se toma una decisión.

Análisis.- Pero, ¿qué hay con el análisis previo a esa decisión?, ¿qué sucede cuando sin pensar me quedo con lo que no me sirve, o, peor aún, me quedo con lo que me sirve sin ni siquiera saber para qué?

Trabalenguas.- Este ingenioso trabalenguas me sirvió hace algunos días para tomar una decisión, la cual había dejado en suspenso por el simple hecho de no saber qué hacer con algo que realmente sí me servía, pero que finalmente dicho objeto sólo tendría un uso muy esporádico y nada más me quitaba espacio.

Percepción.- Fue así como de la simple ilación de sucesos trascendentales o no percibí, aun sin hacer un levantamiento estadístico, que en la actualidad los seres humanos han dejado de discernir sobre aquello que afecta su vida diaria.

Asertivas.- El uso cotidiano de esta palabra servía en tiempos pasados para tomar casi todas las decisiones; el análisis y la reflexión de aquellas cosas con las que nos enfrentábamos todos los días nos permitía tomar decisiones asertivas.

Orgulloso.- En el pasado el orgulloso mundo de los adultos contribuía al mejor discernir, imponía a todos los jóvenes una serie de reglas y límites a los que se tenían que enfrentar para tomar decisiones; esto los conducía a la mejor decisión.

Quiénes.- Pero ¿qué sucede en el presente, cuando quienes tienen la responsabilidad de formar tienen defectos, cuando quienes tienen la obligación de proteger exponen, cuando quienes tienen por decisión propia el compromiso de guiar a quienes transitan por el sinuoso camino del desarrollo humano, nunca demostraron poseer los componentes necesarios para formarse ellos mismos?

Capacidad.- Necesitamos empezar a discernir, estamos obligados a reflexionar, hemos sido invitados a requerir de nosotros mismos una evaluación profunda de nuestra parte humana y, sobre todo, de nuestro lado formador de personas de bien, que tengan y posean la capacidad de discernir.