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¿Hacia dónde nos conducirá la rabia de alta letalidad dirigida contra el Estado? La remuneración del ataque cotidiano contra toda actividad del presidencialismo basado en sus faneras legislativas tiene hoy en jaque y muerte al sistema actual de gobierno. El juego es entre el proletariado ciego, guiado por intelectuales acomodaticios, buscadores de privilegios del pensamiento crítico, contra un sistema que se niega a rendirse en las urnas. La alienación de miles de opositores con lenguaje belígero y denostante los coloca en el privilegio de las encuestas que a veces resultan simples engañabobos, pero al final todo señala un juego sin hit ni carreras para la oposición de rencorosas y blandientes espadas con sellos progresistas y moralistas.

He revisado línea por línea el lenguaje flamígero del candidato tabasqueño y no encuentro encuadre dentro del marxismo tradicional o del socialismo latinoamericano presente en este continente de desacuerdos. El lenguaje ambiguo, utópico y desarticulado de la realidad económica y social permite interpretar entre líneas ocultos los principios de una izquierda redentora con un despiadado asistencialismo a los vulnerados a partir de una rectoría de conducción desde el poder único; esa línea política es inicio de las izquierdas que terminan mostrando su pelaje oculto tras la piel de oveja.

Un gobierno de izquierda tiene que asumir la visión marxista del pensamiento, esto es ineludible; la analogía sería que el cristianismo renegara de la Biblia. Sin este documento del papiro pentateuquiano, profético y evangelístico, el cristianismo caminaría con prótesis hacia su Armagedón. En algún momento el puntero de esta elección deberá dilucidar su sustento ideológico y dejar el lenguaje de triquiñuelas utilizado hasta el día de hoy. ¿Quién es la mafia del poder? ¿El sistema neoliberal o los empresarios, los dueños de los medios de comunicación o los componentes de la clase media, alta y los oligarcas? A lo mejor todos los que no comulgan con esa izquierda sin rostro son esta mafia.

No tengo dudas que Latinoamérica es laboratorio de varios socialismos, algunos tienen futuro, otros buscan nuevos conductores. El tabasqueño no tiene coordenadas ni brújulas, va caminando dando pasos de ciego, lo negativo está en sus aplaudidores profesionales, cegados por el alienamiento basado en los rencores construidos por ellos mismos.

Las clases subalternas de la población formadas por campesinos e indígenas, según Mariátegui, pueden ser utilizadas en el proceso de un sistema socialista; esto por donde se observe se concreta en esta modernidad electiva.

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