Deseos de fin de año

Propósitos y más propósitos cierran el año y abren la puerta a lo desconocido en un mundo que parece no tener pies ni cabeza.

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Como ocurre cada año por estas fechas, una avalancha de buenos deseos se cruza a diario por nuestras vidas; propósitos y más propósitos cierran el año y abren la puerta a lo desconocido en un mundo que parece no tener pies ni cabeza. Los augurios para 2018 no son nada favorables, despuntamos el alba inmersos en el fuego cruzado del mundo de la política, reproches y promesas de un México ficticio y muy distante de la cruda realidad: inflación, inseguridad, desempleo y corrupción son sólo algunos pasajes en nuestra historia cotidiana. Sin embargo, estamos tan acostumbrados a lo mismo que ya nada nos sorprende, si acaso, nos causa enojo pasajero, pero, al final, todo se acomoda y toma forma en nuestra vida a la mexicana.

Cuántas de nuestras promesas y buenos propósitos cristalizaremos y cuántas no, muy pocas por supuesto y, eso sí, las faltantes no serán por carecer de intención o decisión, más bien seremos rehenes de las circunstancias, de aquello no previsto y que nadie considera que pueda pasar. Como reza el dicho: ¿Quién tiene comprada la vida?, ni siquiera los más ricos y poderosos; siempre habrá una piedra con que tropezarse o un imprevisto que cambie nuestra ruta y planes; de eso se trata la vida, de sortear lo inevitable, de enfrentarse a la adversidad con nuestra mejor actitud si se quiere seguir en el camino correcto. De lo que sí estoy seguro es de que nosotros trazamos y diseñamos nuestro destino; no dejemos las cosas al azar, a que otros decidan nuestras vidas porque, al final, los lamentos y arrepentimiento no caben ni justifican los fracasos.

Ante todo, amigos y amigas, me sumaré y seguiré con la vieja tradición, pero esta vez de una manera diferente a lo acostumbrado; en la víspera del año nuevo yo les deseo tanto coraje y enjundia en la vida hasta decir basta, que se olviden los errores del pasado para enmendar el camino, que puedan cerrar puertas y abrir nuevas ventanas en su vida, que no se conformen con lo que tengan, que no se queden con las culpas, que se atrevan a cruzar la línea de lo desconocido, que se quieran, que sonrían ante la adversidad, que reconozcan sus errores para aprender; les deseo mucho viento para que se dejen llevar por la vida, chispas y mucha luz en su mirada, un gran arco iris de colores para los días grises, brindar y festejar por la felicidad y, por supuesto, muchas ganas… las de seguir viviendo y gozar la vida.

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