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Es indudable que una de las actividades económicas más importantes, no solamente en nuestro Estado sino en la región sur-sureste, es la pesca; las condiciones geográficas nos posicionan ante un mar de posibilidades al respecto.

Podemos señalar que de acuerdo con el Programa de Ordenamiento Ecológico del Territorio Costero de Yucatán, la zona costera abarca veinte kilómetros tierra adentro a partir de la línea litoral, integrando a trece municipios costeros y a otros diez colindantes, que sin tener salida al mar se encuentran dentro de este radio de impacto.

Desde la época prehispánica y posteriormente en la colonia, la extracción de sal, pesca y comercio marítimo empezaron a formar parte de la dinámica de la región, por ejemplo, el puerto de Chuburná proveía de pescado a Mérida, mientras que Sisal obtuvo en 1807 la autorización para la descarga de mercancías provenientes de La Habana.

El impulso en políticas orientadas a la pesca comercial para los mercados nacionales e internacionales se inicia hacia finales de los años sesenta, debido entre otros factores, a la construcción del puerto de abrigo de Yucalpetén en el año de 1968, el cual además de proteger a embarcaciones de mediana altura, incluía un área industrial.

Menciona el autor Paré y Fraga que la pesca ribereña alcanzaba en 1940 las mil toneladas anuales, volumen que se incrementó diez años después cuando se introdujeron los primeros motores a las embarcaciones, el uso de hielo y las primeras cámaras frigoríficas. En 1970 se capturaron 20 mil toneladas y en 1987, esta cifra se elevó a 37 mil toneladas.

La crisis henequenera de mediados de los años ochentas, motivó a que un gran número de campesinos que antes se dedicaban a esta actividad, emigraran a la costa yucateca, aprovechando el Programa de Reordenamiento Henequenero y Desarrollo Integral de Yucatán, proyecto que otorgaba diversos créditos para la adquisición de embarcaciones.

El interesante estudio La Costa de Yucatán en la perspectiva del desarrollo turístico de los investigadores García de Fuentes, Xool Koh, Euán Ávila, Munguía Gil y Cervera Montejano, expresa que estadísticamente, la participación de la riqueza de la pesca en la región se encuentra en un marcado descenso.

La productividad ha bajado alrededor de un 30% en los últimos años, no así la del capital invertido, que se mantiene; por lo tanto, los pescadores han visto reducida la posibilidad de subsistencia y los empresarios cuentan con menos posibilidades de inyectar más recursos a la actividad.

Agotamiento de los recursos naturales, políticas públicas desorganizadas y escaso interés en el desarrollo integral de la zona costera son algunos de los elementos en los que es necesario trabajar desde la dicotomía de los ámbitos gubernamental y privado.

Al concurrir un sobreesfuerzo pesquero con el incremento demográfico poblacional, nos encontramos ante un escenario en donde los pescadores tienen que ampliar su rango en las zonas de captura y profundidad marítima, exponiendo muchas veces su integridad sin contar con las instalaciones médicas necesarias en caso de una emergencia como una cámara hiperbárica.

Durante las temporadas de veda- útiles para la regeneración de especies- las familias de la costa tienen que continuar buscando el ingreso para llevar a sus hogares. Por otra parte, me he reunido con diversos alcaldes quienes me han comentado que no poseen un censo ni un registro exacto del número de personas que se dedican a la pesca.

Es indispensable promover las condiciones costeras para buscar otras opciones en materia económica; un programa turístico ordenado y eficiente pudiera atraer más visitantes a nuestras playas, dando empleo bien remunerado durante todo el año calendario.
Considera asimismo, impulsar programas educativos a todos los niveles que prepare y capacite a los jóvenes.

La pesca es una actividad muy importante, pero hay que decirlo, conlleva un riesgo inerte, y consecuentemente, a una explotación que nuestro medio ambiente no está en condiciones de soportar mucho tiempo más.

Dentro del programa de gobierno de Mauricio Vila Dosal se encuentra la creación de una Secretaría de Pesca estatal, organismo que deberá integrar todas las propuestas en la materia, escuchar las necesidades de los pescadores originarios yucatecos.

La pesca es parte de la dinámica social de miles de familias yucatecas y requiere un plan de trabajo profundo, que siente las bases a mediano y largo plazo, por el bienestar de Yucatán, por el futuro de la zona costera.

*Maestra en Derecho y Doctorante por la Anáhuac Mayab

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