La temporada de huracanes: mitos y verdades sobre estos fenómenos naturales

Hay dos etapas en la temporada de huracanes, y la peor aún no llega.

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Hoy hablaremos de las fases de los huracanes y déjeme decirles que la temporada, como ya habíamos dicho en artículos anteriores, abarca desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre.

En este largo lapso, que dura seis meses, tenemos dos fases bien definida, las cuales son: una fase que se caracteriza la mayor parte de las veces por ser tranquila y durante la cual no se forman huracanes intensos, sino que en su transcurso se generan mayormente depresiones tropicales, tormentas tropicales y a veces huracanes moderados; muy raras veces alcanzan gran intensidad y no en elevado número.

Esta primera fase abarca desde el inicio de la temporada de huracanes, el 1 de junio, y termina al final del mes de julio o principios de agosto, tras lo cual viene un breve descanso. A partir de la segunda quincena de agosto comienza la fase más intensa, durante la cual deberemos de estar más pendientes, ya que ésta, que termina hasta la primera quincena de octubre, se caracteriza por ser la época en que se forman el mayor número de los huracanes y sobre todo los que alcanzan a ser intensos, mayormente en el mes de septiembre, que es el más peligroso.

En septiembre es cuando la Península de Yucatán y el Estado de Yucatán particularmente han sido devastados por los peores huracanes que se recuerden y que causaron muerte y destrucción. Muy lejos en el tiempo, Janet, que destruyó Chetumal en 1955; Beulah, en 1967, que causó estragos en Cozumel; Gilberto, en 1988, que dejó en ruinas el Caribe mexicano; Isidore, en 2002, que destruyó la zona de mayor infraestructura del Estado de Yucatán. En fin, fechas que jamás se nos olvidarán y pasaron a ser historia.

En la segunda fase, de mediados de octubre al 30 de noviembre, baja la actividad mas no el peligro, ya que se recuerda que Wilma, otro gran huracán, a fines de octubre de 2005, devastó otra vez el Caribe mexicano.

Estamos en temporada de huracanes y más vale prevenir que lamentar.

Continuaremos.

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