Un anticiclón es una zona de alta presión en la atmósfera, en la cual la presión atmosférica es superior a la del aire circundante; el aire que la compone es más estable que el aire que le circunda y desciende desde las capas altas de la atmósfera, produciendo un fenómeno llamado subsidencia.

El Anticiclón de las Azores es dinámico y está situado normalmente en el Atlántico norte a la altura de las islas portuguesas llamadas De las Azores; este sistema por épocas se hace pequeño y por épocas se expande y alcanza latitudes que llegan hasta mucho más al sur; cuando es temporada de huracanes en el Atlántico, su comportamiento condiciona la dirección que tendrán estos fenómenos, sobre todo si se forman en el este del océano Atlántico, ya que evita que los ciclones tropicales tiendan a dirigirse hacia el norte o noroeste y los envía hacia el oeste o hacia el suroeste. Si sucede esto último, se considera como un comportamiento errático, ya que no es muy común que tomen ese rumbo.

Los ciclones tropicales por lo general viajan en las fronteras de esta Alta Presión de las Azores y en temporadas muy activas a veces, si esta Alta de Azores se contrae y los ciclones tropicales se forman en el Atlántico, llevan dirección hacia el norte y no afectan al Continente Americano, pero, si se expanden demasiado, crean un corredor en el este del océano Atlántico, desde las islas de Cabo Verde cercanas a África.

Todos los ciclones tropicales que se formen en el Atlántico tenderán a dirigirse hacia el mar Caribe o la costa este de los Estados Unidos; a este tipo de ciclones tropicales se les conoce como Cabo Verde y son los más peligrosos, ya que alcanzan intensidades bastante fuertes. Cuando alcanzan alguna isla o el continente son muy destructivos, como el caso del huracán Irma, que cae dentro de esa clasificación y su desplazamiento ha sido influenciado por la Alta Presión de Azores.