Peregrinación de un alma en pena (1)

Uno de los santuarios más importantes de México es el de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, en Jalisco.

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Uno de los santuarios más importantes de México es el de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, en Jalisco. Según Asmara Tovilla, la advocación es famosa desde el siglo XVII por sus milagros y por ser mediadora en casos difíciles. Debido a esto, la catedral donde está es un centro de peregrinación.

Se dice que en la década de los 50, un joven llamado Felipe Suárez realizó una peregrinación a la citada catedral; su finalidad era la de agradecer a la Virgen el hecho de haber conseguido un empleo para poder casarse con su novia en la Ciudad de México. Felipe había prometido llevar a la imagen una veladora, escuchar misa y dar limosna a quien le pidiera al llegar al población.

En cierto momento, el guía de la peregrinación anunció que sólo faltaban tres kilómetros para llegar a la ciudad. Fue entonces cuando una mujer de edad mayor se le acercó a Felipe y comenzó a platicar con él sobre el agobiante recorrido. El joven le comentó a la anciana su propósito y su satisfacción por cumplirle a la Virgen.

Felipe se fijó que esta mujer irradiaba cierto brillo, como si una luz interior iluminara la superficie de su cuerpo. Su vestimenta era extraña, pues parecía sólo un vestido ligero, casi blanco y de estilo antiguo. El joven pensó que la anciana debía de ser una mujer acaudalada, puesto que portaba muchas y vistosas joyas. Después miró intrigado un pesado costal que la anciana cargaba en el hombro.

Durante la plática supo que ella venía sola y quería ver a la Virgen, pues le había concedido muchas peticiones y quería agradecerle con algunas ofrendas, pero no había podido venir antes. Más tarde, Felipe se sintió cansado e intentó sentarse en la orilla del camino y la señora le dijo con voz enérgica que no flaqueara, que continuara la marcha.

Por fin llegaron a San Juan de los Lagos. Felipe volteó a ver a la anciana; se percató que su notoria vitalidad había disminuido. Su piel había perdido el brillo y su ropa estaba deteriorada. El joven se ofreció a ayudarla con el costal. Esa cortesía le haría pasar a Felipe una experiencia que no olvidaría (Continuará). 

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