Sujetos de amor

El amor verdadero debe tener como atributos ser libre, total, fiel y fecundo.

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El anhelo más grande del corazón humano es amar y saberse amado. Los padres de familia tenemos el reto de educar a nuestros hijos en medio de un ambiente completamente “erotizado” y adverso, que confunde a los niños y a los jóvenes al punto de que creen que el amor es una palabra romántica y que ejercer la sexualidad es como un deporte.

Casi todos los mensajes que nuestros hijos reciben del exterior, sean revistas, canciones, películas, series de televisión, telenovelas, videoclips musicales, memes, redes sociales, etc. les invitan a ejercer la sexualidad pero totalmente disociada del amor, del compromiso, de la entrega, de la fidelidad y de la responsabilidad que entraña.

Así vemos convertidos en objetos de placer a quienes debieran ser sujetos de amor, olvidando que la persona está hecha para dar y recibir amor y no para satisfacer los deseos de quienes les rodean.

Ejercer la sexualidad con la persona adecuada, con la madurez necesaria y en el momento indicado es lo que cualquier persona anhelaría para no sufrir decepciones y vivir con el corazón roto.

¿Cómo enseñarle esto a nuestros hijos? Con el ejemplo, tienen que ver que los padres nos conducimos con coherencia.

Para enseñarles que las personas importan y que no son objetos, tenemos que tratar bien a quienes nos rodean, respetándoles su dignidad, tal como querríamos ser tratados.

Tenemos que apelar a sus facultades superiores, formar la voluntad, la inteligencia y la libertad, sólo quien es dueño de sí mismo puede ser dueño de sus acciones y actuar con responsabilidad ante las consecuencias.

No se trata de prohibirles ciertas acciones, se trata de que conozcan su valor como personas y hacer que los demás les valoren.
Los medios han sacado al público lo que desde siempre había sido del ámbito privado, y ello se nota en la forma en que se abordan las relaciones interpersonales y sexuales en los diversos programas, vemos cómo se les plantea a los espectadores con excesiva naturalidad que para tener relaciones íntimas ya ni siquiera es necesario conocer bien a la pareja en cuestión, se ve una enorme ausencia de compromiso, dan mayor relevancia al momento de placer y cada quien sigue con su vida, no importa si estas relaciones se dan faltando a la fidelidad que se le debe a la pareja.

¿Cómo transmitirles lo que constituye el verdadero amor? Podemos empezar por enseñarles que el amor debe de ser libre, total, fiel y fecundo y que sólo cuando se dan estos atributos el amor es real y no un espejismo.

Para educar en el amor la persona tiene que estar al centro, tenemos que querer su mayor bien y por ello el compromiso se da por añadidura.

Si abdicamos de nuestro derecho de padres para educar a los hijos en la sexualidad sucumbiendo a los programas de gobierno que pretenden contrarrestar los embarazos inesperados sin formar a la persona y sólo dándoles escasa información, condones, anticonceptivos y pastillas del día siguiente, habremos contribuido al fracaso de dichas campañas que han demostrado su ineficiencia en los jóvenes usuarios.

Hoy, en el Día del Amor y la Amistad, que la belleza, bondad y verdad de amar y ser amados en plenitud sea nuestra mejor carta para ellos. ¡Feliz día de San Valentín! 

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