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Hay, sin duda, deficiencias qué superar en el formato de los debates locales, pero quien diga que el llevado al cabo el 2 de mayo entre los candidatos a gobernador no cumplió su objetivo carece de razón, porque ahí se pudieron ver las principales características de sus personalidades, su conocimiento de la realidad, cómo afrontan las dificultades y la conceptualización de su trabajo de gobierno.

De entrada, hay consenso en que Mauricio Sahuí utilizó mejor el espacio para exponer sus propuestas y programa de gobierno, a diferencia de Mauricio Vila y de Joaquín Díaz que perdieron buena parte de su tiempo en atacar a sus contrincantes y de Jorge Zavala Castro que pretendió marcar que, a diferencia de los demás, él es académico y no político.

Y es que la dificultad que comparten Vila y Díaz consiste en tratar de vender una percepción de la realidad similar a la nacional, que resulta muy diferente de la que tiene Yucatán. Intentando imitar las posiciones de Anaya y de AMLO, cayeron en exageraciones porque la realidad local no se ajusta a su estrategia de promover el voto de castigo.

Díaz se vio muy forzado al sostener que todo está mal en Yucatán y Vila cayó en profundas contradicciones al pretender colgarse medallas que no le corresponden, como la de atribuirse el mérito de tener a Mérida como la ciudad más segura del país y la que atrae mayor inversión, cuando todos sabemos que la policía municipal no abarca ni el 1% del territorio de la ciudad y que la promoción de la inversión, nacional y extranjera es un acierto del gobierno del Estado.

Me parece que Zavala se quedó corto con su única propuesta rescatable de bajar fondos internacionales para combatir los problemas de pobreza y discriminación. Joaquín Díaz se vio muy entrón y decidido. En contraste Mauricio Vila fue inseguro y titubeante e inexpresivo, tal vez por usar el teleprompter; será recordado por su desliz al hacer propaganda de su franquicia de comida rápida, así como por su negligencia para actualizar su 3 de 3.

Sahuí, por su parte, se manejó como un candidato propositivo, seguro, serio y respetuoso, que respondió puntualmente y sin excederse los ataques de sus contrincantes; dejó en claro, con sus propuestas, que hay que pensar en las nuevas generaciones, para no poner en riesgo la seguridad pública y el desarrollo económico de Yucatán.

Cuña que aprieta.- Evidentemente las acusaciones de Díaz sobre las empresas fantasmas que usó Vila, más que del interés de hacerle el trabajo sucio al PRI, provienen tanto del maltrato que sufrió en el PAN, como del conocimiento que adquirió de su antiguo correligionario, al incluir a miembros desplazados del PAN en su equipo de trabajo. Toca al SAT investigar.

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