La alta responsabilidad del juez

Algunos de estos asuntos son fatales, como los que resuelven los jueces penales.

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La función judicial tiene especial importancia y una complejidad como la tienen pocas tareas en el servicio público. Los jueces toman decisiones sobre asuntos tan complejos como somos los humanos y el entorno en el que vivimos.

Algunos de estos asuntos son fatales, como los que resuelven los jueces penales. Otros son asuntos familiares cuyos protagonistas, padres, madres, hijos, parejas, pelean cargados de particulares sentimientos de revancha y rencor.

Asuntos relacionados con patrimonios, herencias, paternidad, pensiones, contratos, dinero, las relaciones entre las personas y muy pronto las relaciones entre los trabajadores y las empresas.

Es de esperarse que las decisiones de los jueces sean blanco de críticas y señalamientos. Además, no hay que olvidar que ahora las audiencias son públicas y la actuación judicial está permanentemente en el ojo público y eso, a la larga, favorece al sistema de justicia.

Más allá de la obligación del juez que, por amparo o apelación, debe revisar su decisión, está la crítica social constructiva que permite tomar medidas y re enfocar el trabajo para mejorar. Muy diferente a aquellas acciones que ridiculizan y banalizan la labor de los juzgadores y utilizan esos mecanismos para ganar notoriedad.

En Yucatán, los jueces tienen un altísimo grado de preparación y una carrera judicial comprobada, han sido pioneros de los cambios de paradigmas más importantes en el sistema de justicia mexicano y de una vorágine de cambios en leyes, criterios federales y tratados internacionales que los someten a una capacitación, actualización y vigilancia sin precedentes.

Y también está la permanente necesidad de contar con un Poder Judicial fuerte, con los recursos materiales y humanos acordes con las exigencias de estas nuevas formas de hacer justicia. Para muestra un botón: Yucatán tiene una tasa de 2.5 jueces por cada 100 mil habitantes, muy lejano al promedio de los países con menor impunidad como Croacia (44 por cada 100 mil) y, sin irnos lejos, la mitad de la tasa nacional de México de 4 por cada 100 mil habitantes.

Es a la luz de estas condiciones que el trabajo dedicado de los jueces se puede comprender en toda su magnitud. Y al comprender la labor del juez y sus condiciones, seriamente, es que la sociedad puede valorar y, en consecuencia, respetar el sistema de justicia de un Estado, acatarlo y hacer que se cumpla. De otra manera nos dirigimos como sociedad al caos y la anarquía.

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