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Aturdidos todavía con la resaca electoral del pasado domingo, la columna Viernes Cultural y El Transcriptor piden otro espresso doble, servido, por supuesto, en tazas de porcelana china, de las dinastías de Shang y Zhou, y quieren pasar la página del asunto que aún sacude algunas conciencias políticas.

Ya no les interesa el PREP ni los conteos rápidos ni las encuestas de salida o de entrada, ya están fatigados.
El que ganó, ganó, sentencian, y el que perdió, perdió, y sanseacabó.

Dice la querida de los viernes: mejor enfoquemos nuestra atención y discusión en algo ya más constructivo. Por ejemplo, el cráter de Chicxulub y los dinosaurios.
Pensemos en el Museo de Ciencias del Cráter de Chicxulub, activado a iniciativa del secretario Raúl Godoy Montañez, y que se ubica en el Parque Científico y Tecnológico de Yucatán, obra también del que fue rector universitario.

El Museo, ilustra, tiene el objetivo de divulgar la cultura, la investigación científica y las actividades educativas entre la comunidad académica y público, con el fin de entender la relación que tienen los procesos geológicos, planetarios y biológicos en la evolución de la vida y del planeta.

Está confirmado, por un estudio científico en 2010, que sí fue un asteroide lo que acabó con los dinosaurios, impactado en Chicxulub, hace 65 millones de años.

Atiza, recórcholis, cáspita, sabes mucho de ciencia, a ver dime, contesta esta pregunta, masculla el erotómano de su vida, previo sorbo de su espresso doble:
¿Fue o no un asteroide amliano, o acaso un tsunami moreno, el que acabó ayer con los últimos dinosaurios políticos que quedaban respirando en el sistema político mexicano?

De nada… Saludos…

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